Trekking ABC: MBC – Bamboo
Quinto día del Trekking de los Annapurna
Después de una noche dando vueltas en la cama, sea por nervios, cansancio o altitud, a las 3.50 nos levantamos. Nos preparamos con ropa de abrigo (guantes, gorro, etc). Cogemos nuestras linternas y salimos de la habitación. Por el glaciar podemos ver alguna luz de alguien más madrugador que nosotros. Empezamos la subida por el glaciar. Nos coge un chico que va solo y otro que va con un guía. Les dejamos pasar, para que sean ellos los que nos abran camino. Van un poco deprisa para nosotros, y nos cuesta seguirlos. Pero intentamos no perder la referencia de sus linternas. El glaciar se empieza a empinar bastante y se pone difícil. Para hacer este trayecto, necesitas unas buenas botas, para andar por el hielo (cosa que no llevábamos). Nos metemos a la derecha del glaciar, para evitarlo. Y nos vamos entre la vegetación de la montaña. Por supuesto que no hay camino. Y de vez en cuando, tienes que volver al glaciar. Hay trozos mejores y otros peores en el glaciar. También hay trozos con más pendientes que otros. Y ya se dejan ver las montañas.
Nos encontramos entre laderas de nieve. Es un paisaje único, que se puede ver en pocos sitios. Está bastante oscuro todavía, pero se aprecia toda la belleza del paisaje. Hay un riachuelo que nos deja una estampa que no podremos olvidar.
Acabamos el glaciar y nos metemos por un camino que nos lleva directos al ABC. El sol comienza a iluminar los picos más altos.
En una hora y media hemos llegado, aunque pone dos horas en los carteles. Pero repetimos que lo de los tiempos es aproximado. Llegamos al cartel con una ilusión tremenda.
Nos hacemos las fotos como si se tratara de haber ganado una carrera. Objetivo cumplido, sueño hecho realidad. Aunque en el fondo, sin decírnoslo, estamos pensando en la bajada del glaciar. Subimos unas escaleras hasta el ABC. Vemos todo destrozado por una avalancha un mes anterior. Nos lo habían comentado que estaban dañados los 4 refugios que hay, pero no pensamos que estuvieran tanto. Están reconstruyendo los refugios.
Así hemos visto tanta gente cargando con tablones en todo el recorrido. Incluso por el glaciar. Suben con los tablones como si nada y sin calzado técnico.
Vemos el monumento en honor a los fallecidos en el Annapurna que nos pone los pelos de punta. Tanta gente ha perdido la vida por esta montaña. Una montaña bastante complicada de subir a su cima. Mucho más que el Everest. Es uno de los 8.000 más peligrosos que hay. De hecho es la montaña que más muerte tiene en relación de los alpinistas que los visitan.
Vemos una placa a la memoria del español Iñaki Ochoa. Un montañero que murió en 2008 tras sufrir un accidente cerca de la cima y pasar cinco noches hasta que pudo llegar el equipo de rescate. Desgraciadamente el grupo de rescate llegó tarde y el montañero falleció en esta montaña.
El paisaje que tenemos delante es todavía más fascinante que lo que pudimos pensar antes de llegar. Estamos a los pies del Annapurna. No hay palabras suficientes. Hay un acantilado abajo, en el que se ven unos lagos helados. Es alucinante.
Después de contemplar toda esta belleza, nos disponemos a bajar. Estamos exaltados, pero al mismo tiempo cautelosos, por el glaciar. Creemos que puede ser más complicado el bajarlo que el subirlo. Con cualquier resbalón llegarías al MBC en unos segundos, otra cosa sería las consecuencias. Bajamos poco a poco y haciendo lo mismo que al subir. Cuando podemos nos metemos por la montaña. Tardamos en bajar hora y media. Pero es que con el calzado que tenemos, tardas lo mismo en subir que en bajar. La gente con buenas botas, nos pasaban como si estuvieran paseando.
Tenemos que decir que ha sido uno de los paisajes más maravillosos que hemos visto. También un sueño que hemos cumplido, con muchas ganas de hacerlo desde que veíamos reportajes como “al filo de lo imposible“, u otros similares. Algo que no olvidaremos jamás.
Llegamos al MBC y a las 8 salimos del hotel Shankar Guest House para empezar la vuelta. Empezamos con ganas, ya que el Annapurna es como si nos hubiera cargado las pilas, nos hubiera llenado de energía. A ver cuánto nos dura. El tramo hacia Deurali es el más complicado. Las temibles lenguas de hielo, nos tienen en un sin vivir. Pasamos la primera, donde la lengua tiene más caída. El camino no está mal, pero cada vez que miras para abajo, te tiemblan las piernas.
Hay otra lengua, que tenemos dificultad al atravesarla. En el último trozo, tenemos que salir del camino pisado, ya que se ha formado una pista de hielo, y el hielo no pisado nos inspira más confianza. El último glaciar es el más peligroso, porque tiene mucha pendiente, y es un tobogán. No sabes donde pisar, llegas a un sitio donde no encuentras ningún hueco para poner el pie. Tienes claro que te vas a caer, y así sucedió. Con el culo en el hielo, comenzamos a bajar sin querer, y nos damos cuenta que una vez caídos, es la mejor opción. Así que nos dejamos resbalar, hasta casi el final. Ufff que mal trago. Esto no lo habíamos leído en ningún sitio. No sabemos si es que en determinadas épocas del año, está mejor, o que la gente lo omite. No sabemos por qué.
Llegamos a Deurali todavía con el susto en el cuerpo, a las dos horas de salir del MBC. Seguimos hacía el siguiente pueblo, que es Himalaya. No tenemos muy claro hasta donde vamos a llegar hoy. Vamos a ir hasta donde podamos, a expensas de cómo se nos de la bajada. También por el camino vemos uno de los lugares de aterrizaje de los helicópteros en caso de emergencia.
Aquí hay que cruzar otro glaciar, pero este sin problemas. Hay bastantes piedras en el camino, pero no se hace mal. Nos sentimos bien y continuamos hacía Dovan. Nos parece increíble todo lo que hemos subido. Solo estamos bajando y bajando y ahora es cuando somos conscientes de lo que hemos hecho. La bajada puede ser mejor que la subida, pero bajar escaleras también tiene parte mala. Las rodillas se resienten mucho, y los cuádriceps se cargan y como son escaleras altas, mucho más. En Dovan vemos un señor que lo tienen que bajar en caballo, ya que tiene un esguince de tobillo y no puede andar. Nos pensamos quedar en Dovan, pero en el mapa vemos que Bamboo está a una hora, así que continuamos. Pero al rato ya el cansancio se hace mayor y nos empezamos a arrepentir de no habernos quedado en Dovan. Pero tenemos tantas ganas de llegar a Jhinu, con sus aguas termales que no pensamos con la cabeza. A medio camino comienza a llover un poco. No nos paramos ni a beber. Entre las ganas de llegar y el miedo a la tormenta que ya oímos sus truenos, aceleramos el paso.
Nos fastidiaría mojarnos ahora tan cerca. Nos da tiempo a llegar a Bamboo y en el primer hotel hay un señor que nos pregunta si queremos habitación. Estamos tan cansados que por no seguir ni un metro más le decimos que sí. Nos la enseña y puede ser que esté peor que los demás hoteles que nos hemos quedado durante el trekking. Pero nos quedamos. El hotel se llama Hotel Green View Guest House. Nos cobra 300 Rupias y nos pregunta que si nos queremos duchar con agua caliente. El agua caliente cuesta 200 Rupias por persona. Por supuesto que nos duchamos con agua caliente, que después de 10 horas andando (desde las 4 de la mañana), nos lo hemos ganado.
Según salimos de la ducha, cae la tormenta de todos los días. Parece que estaba esperando a que llegáramos a nuestro hotel (por suerte). A las 17:30 bajamos a encargar la cena. Es el mimo método que emplean todos los hoteles. A esa hora encargas lo que quieres, y a la hora que quieras te lo sirven. Le decimos que cuanto antes, y nos dice que a las 18:30. Estamos hambrientos después de este intenso día. Nos comemos un plato de macarrones (270R) y una sopa de verduras (300R).
En la cena coincidimos con una chica española y un chico chileno. Ellos también bajaban hoy del MBC. Estuvimos cambiando de impresiones y coincidimos en la peligrosidad del tramo del MBC al ABC. Hablamos por supuesto de viajes, que es lo que más se habla entre viajeros. Y pronto a la cama que estamos super cansados. La tormenta continúa durante horas. Parece como si nunca hubiera llovido.
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