Que ver y que hacer en Chitwan
En busca del Rinoceronte, en barca, andando y en jeep
Que a gusto hemos dormido con el aire acondicionado. Después de las dos noches sin pegar ojo en Lumbini, hoy nos hemos desquitado. Tenemos que decir que nosotros dormimos muchas veces en los viajes en hoteles sin aire acondicionado. Pero lo de Lumbini no tiene nombre. A las 7 de la mañana bajamos a desayunar. Un buen desayuno para empezar bien el día. Parece que estamos en un todo incluido. Pero en vez de estar en el Caribe estamos en la selva de Chitwan.
A continuación nos llevan en un coche hasta el embarcadero. Aquí, cogemos la barca y hacemos el tour con la canoa. Vamos los dos solos con nuestro guía. Pero nos montan en una barca que entramos justitos, con un grupo de chinos. La verdad, que no es muy cómoda. Pero tampoco es mucho trayecto.
Vamos viendo a barqueros que vuelven con la barca vacía de haber llevado a otros turistas. Vemos sobre todo a muchos pájaros. En especial a King Fisher o Martín pescador. Tiene unos colores preciosos. Le vemos en más de una ocasión como se mete en el agua, aunque sin suerte.
De repente el guía nos dice que hay un cocodrilo. Y nosotros en una barquita, apiñados como sardinas, que parece que vas a volcar cada vez que alguien se mueve un poco. Vemos un enorme cocodrilo en la orilla. Es gigantesco. En el parque hay dos tipos de cocodrilos. Uno, que es una especie de caimán con la boca estrecha y larga. Y otro como este, que es más grande y más corpulento. Muy parecido al africano.
Todo el trayecto transcurre por un bonito paisaje muy verde. No se puede comparar con una selva pura, o bosque primario, pero se puede decir que el entorno es muy bonito.
Llegamos a nuestro destino, y comenzamos nuestro segundo tour, que consistirá en una caminata por la selva. En esta ocasión, si que vamos solos con el guía. Estamos nerviosos por la experiencia. Y es que caminando, te integras más en la naturaleza que con el jeep. Además, los animales se asustan menos que con el ruido del motor. Y además vamos solo los tres, que vamos a ser más silenciosos que con más gente. El guía, lleva un enorme palo, que suponemos que es para defensa, aunque no nos sentimos nada inseguros. Nos enseña termiteros, que es el manjar de los osos, que también abundan en este parque.
Vimos algunas manadas de Bambis. Vamos por el medio de la selva. No es una selva muy tupida de árboles, como podemos imaginar de una selva. Hay pequeñas lagunas, donde nuestro guía se para, observando si ve algún rinoceronte.
No vamos a negar que es, a lo que hemos venido, a ver rinocerontes. En una de las lagunas nos deja los prismáticos y nos dice que hay uno bañándose en el agua. Nos cuesta verlo, hasta con prismáticos. Nos dice que si nos queremos acercar y le decimos que SSIIIIII. Vamos para allá, bordeando el lago. Y llegamos en frente de él, muy cerquita. Al momento se levanta tranquilamente y sale del agua, para quedarse en frente nuestro mirándonos, igual que nosotros a él. Y ya más tarde se va. Ha sido increíble. Nuestro primer rinoceronte. Con las ganas que teníamos.
Seguimos nuestra caminata, más contentos que un ocho. Y el guía se para y nos enseña una huella. Nos dice que es de tigre de hace unos 20 minutos. No sabemos si nos está vacilando. La cuestión es que la huella está y solo parece ser de oso o tigre. Ambos habitan este parque. El oso es más fácil de verlo. El tigre es casi imposible. Pero, nosotros ya estamos contentos de lo que hemos visto.
En nuestro camino, vemos una especie de cabaña pequeñita que está a unos metros de suelo, que servirá como observatorio.
Y de repente, entre nuestros pies sale a una velocidad increíble un Varano de más de un metro a una velocidad increíble. Vaya susto que nos da. Vamos a ver si le vemos para sacarle alguna foto, pero se ha escondido en un agujero. Una manada de bambis cruzan delante de nosotros corriendo. Nos está sorprendiendo mucho el parque. Pensábamos que iba a ser más pobre en animales e incluso en vegetación. Nos lleva a ver los elefantes que están con sus criadores (por llamarlos de alguna manera). Hay uno pequeñito, que su cuidador le da un palazo que retumba hasta donde nosotros estamos.
Vemos dos chacales, moverse muy rápido en busca de algo para comer. Y con esto terminamos nuestra intensa caminata por la selva de Chitwan.
Nos llevan al hotel para darnos de comer. Unos noodles con vegetales. Por supuesto no falta la sopa caliente. Y nos dejan descansar tan solo media hora para comenzar nuestra siguiente actividad.
Vamos andando hasta donde salen los jeep para hacer el safari. Hay un lío monumental. De gente, guías y dos policías que tienen que apuntar a todo el mundo que entra al parque. Después de un rato. Nos cruzan el río en una barca donde se encuentra nuestra jeep. Montamos 12 personas en el jeep, y todos suben como si les fuera la vida para coger un buen sitio en el jeep. Así que a nosotros, nos toca ir separados. Pero en todos los sitios vas a poder ver todo.
Pensamos que con el jeep, vamos a ver rinocerontes por todos los lados. Que va a ser muy fácil de verlos. Empezamos, y en una hora tan solo hemos visto algún pájaro. Menos mal que vimos a uno por la mañana y muy cerquita.
Nos damos cuenta que no va a ser tan fácil como pensamos. Vemos a un jeep parado, y sabemos que hay algo interesante por la manera de actuar sus ocupantes. Nos acercamos y vemos a un rinoceronte. La hierba está muy alta y nos dificulta verlo bien. Además no para de comer y apenas saca la cabeza. Pero al final conseguimos una buena foto.
A las dos horas, llegamos al final de nuestro recorrido de ida y nos paramos en un criadero de cocodrilos. Los hay de todos los tamaños.
Nos damos cuenta que no va a ser tan fácil como pensamos. Vemos a un jeep parado, y sabemos que hay algo interesante por la manera de actuar sus ocupantes. Nos acercamos y vemos a un rinoceronte. La hierba está muy alta y nos dificulta verlo bien. Además no para de comer y apenas saca la cabeza. Pero al final conseguimos una buena foto.
Proseguimos nuestro camino de vuelta y no tenemos muchas esperanzas de ver ninguno más. Pero en poco rato vemos a uno, que casi no se le ve ni el lomo. Lo intuyes porque hay unos pájaros encima y los ves como se mueven. Más adelante en un lago vemos a uno a remojo. Un poco a lo lejos, pero no estamos para exigencias. Hace un rato, pensamos no ver ninguno.
Y cuando parece que ya no vamos a ver nada más vemos a una cría con su madre, que otra vez con la hierba y los árboles casi no pudimos verlos. Pero para nosotros, es suficiente. Casi al llegar, prácticamente ya pensando en otras cosas, el conductor para en seco y nos deja a dos metros de otros dos, mirando hacia nosotros.
Qué manera de terminar este safari. Nunca pensamos ver tantos. El único inconveniente es la hierba tan alta, que hace que no se les pueda ver bien, y menos sacarles un buena fotografía. Volvemos al hotel, pero no sin antes comprar una figurita de un Rino. No podemos marchar sin este precioso animal.
Hoy en la cena, toca comida Nepalí. Ba dat con sopa y un poco de pollo. Y nos vamos a la cama, pensando en todos los animales que hemos visto.
Nos ha gustado bastante este parque. Teníamos nuestras dudas, y ha sido un acierto. Aunque debes de tener en cuenta la suerte para ver los animales. Recomendamos hacer el paquete que hemos cogido nosotros. Paseo en canoa, para ver cocodrilos y muchos pájaros, la caminata por la selva, donde verás animales más de cerca que con el jeep, y con el jeep, vas a recorrer más espacio que andando. Los tres se complementan muy bien, y no excluiríamos ninguno.
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