MACHU PICCHU – CUZCO
Por fin llegó el día de visitar la Maravilla de Machu Picchu
Nos levantamos antes de las 5 de la mañana. La chica del hotel nos preguntó a que hora nos íbamos a levantar, para hacernos el desayuno, y se levantó a las 4:30.
Hoy es el día grande, cumpliremos nuestro sueño viajero de ver esta Maravilla.
Para ir a la Ciudadela de Machu Picchu tienes dos opciones. O bien subes andando, con el riesgo de cansarte demasiado para aguantar luego el día o bien coges un bus. Tienes que tener en cuenta que a esas horas todavía es de noche y la carretera es una carretera de montaña.El primer bus sale a las 5:30 h. Allí estábamos haciendo cola, con un día que amanece lloviendo. Hay una cola considerable, ya que casi todo el mundo sube a primera hora. El bus cuesta 24 dólares ida y vuelta. Otro de los robos de Machu Picchu. Puedes comprar solo ida o vuelta por la mitad. Nosotros decidimos comprar sólo ida y ya veríamos al bajar.
Según entramos a la ciudadela deja de llover y aparece una niebla que no se ve ni 20 metros. Damos vueltas para aquí, para allá, y no vemos prácticamente nada.
Venir a Perú para ver Machu Picchu, y que llegues y no lo veas, es una faena. Pero el día no tenía pinta de abrir, de que las nubes desaparecieran. Era una niebla espesa y cerrada. No nos lo podíamos creer.
Decidimos ir a ver el Puente del Inca, y así damos tiempo para que se vayan las nubes. Para llegar al Puente, tienes que atravesar una serie de senderos y caminos, algunos de ellos algo peligrosos, ya que si la piedra está mojada, está muy resbaladizo.
Debido a la geografía del lugar y a la seguridad de los antepasados, el Puente Inca de Machu Picchu fue considerado un lugar estratégico por los incas, adecuándolo a la topografía de la empinada montaña.
Nuestro boleto también comprende subir a una montaña que está al lado, que se llama Huayna Picchu. El boleto cuesta 71 dólares. Y puedes elegir el horario para subir a dicha montaña. El primer grupo sube de 7 a 8 h. y el segundo de 10 a 11 h. Si la subes entera tardarás unas 3 horas y media. Y tiene cierta dificultad. Nosotros tenemos en el segundo turno, así que vamos a la entrada donde empieza la subida a la montaña. Y según empezamos a subir, se empieza a despejar. Por eso creemos que es mejor el segundo turno, por la mañana a primera hora suele hacer niebla.
Tenemos que reconocer que hasta con niebla tiene un encanto misterioso y especial. Tenía un toque que no estaba mal, pero siempre que también puedas verlo sin niebla.
La subida a Huayna Picchu es exigente y un tanto arriesgada. La subida es terrible, con mucho desnivel, y con tramos donde debes tener mucho cuidado.
Según vas subiendo hay distintos miradores, donde puedes ver paisajes increibles.
Pero al fin estábamos viendo la razón por la que habíamos venido a Perú «Machu Picchu«.
Bajamos de la montaña sobre las 2 h. dimos una vuelta rápida, haciendo unas fotos con el día despejado. Con mucho cuidado, que la bajada es más peligrosa que la subida.
Tenemos que aprovechar hasta el último minuto comtemplando esta maravilla, que las nubes nos había cubierto.
Y decidimos bajar andando, y pasar del bus. Bajamos deprisa ya que a las 16:15 h. salía nuestro tren hacia Cuzco y queríamos comer algo primero. Llegamos al tren súper cansados, pero súper contentos. Acabábamos de ver una Maravilla que no defrauda, creo que puede ser de las sensaciones más alucinantes. Pero también es por el entorno, rodeado de unas montañas espectaculares. Todo le hace ser para mi de los lugares imprescindibles para la gente que le guste viajar.
El tren a Cuzco nos costó 101 dólar. Otra pasada, que para nosotros roza de robo, pero al ser casi el único medio de transporte que hay, se aprovechan. El tren te deja en la estación de Poroy que está a unos 15 km de Cuzco. Desde allí debes coger un taxi hacía la ciudad (40-50 soles). Nosotros compartimos taxi con una pareja de americanos, y así compartiríamos gastos.
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