Katmandu: Templo Pashupatinath, Monasterio de Kopan y Estupa Boudhanath
Que ver en Katmandú
Hoy vamos a continuar de explorar la caótica Katmandú. Ya habíamos visto parte de esta ciudad, el día que llegamos. Y hemos dejado los dos últimos días para completar el resto. Hoy lo que vamos a ver, no parece que nos pueda llevar mucho tiempo. Tan solo van a ser tres visitas, pero calculamos que nos va a llevar todo el día. Lo que tenemos que ver hoy se encuentra bastante lejos de Thamel, y algo separado cada uno de ellos. Y tenemos pensado ir andando y volver también andando. Si coges un taxi, son tres visitas que te llevarán cuatro horas aproximadamente. La primera visita es el Templo Pashupatinath. Se encuentra a unos 5 Kilómetros de nuestro hotel. Salimos bien temprano, con el frescor de la mañana. Parece otra ciudad, sobre todo la zona de Thamel. Se respira una tranquilidad, nada comparable como es a lo largo del día. Aún se puede respirar al no haber tanto polvo en el ambiente.
Tan solo se respira el incienso que la gente va poniendo en los altares de los templos. El único ruido que se oye es el de las campanas de los templos que la gente toca cuando pasa. Empezamos a ver la gente que hace los churros por la mañana, y por supuesto que nos entran unas ganas de desayunar. Compramos en un puesto además de los churros, unas bolas que son bastante sosas, y unos medallones que saben parecidos a los churros.
Oímos el sonido de unas campanas y nos acercamos y nos encontramos con una estupa bastante grande, donde se encuentra un Monasterio. Pensábamos que esa zona la habíamos visto entera y descubres que te faltan cosas por ver. Esto es Katmandú en estado puro.
La estupa se llama Kaathe Swyambhu Shree Gha Chaitya, y esta metido en una plaza llena de palomas. Es temprano y tan solo hay alguna señora haciendo ofrendas.
En una esquina, vemos una madera con muchas monedas clavadas. Resulta que es una zona donde abundan los dentistas, y como el hinduismo tienen Dioses para todo, son ofrendas que la gente hace al Dios del dolor de muelas.
Llegamos a la estación de Baktapur donde a partir de aquí es todo recto para llegar a Templo Pashupatinath. El problema de ir andando a los sitios en Katmandú, es que no es una ciudad para pasear. Las calles están en bastante mal estado, parece que estás haciendo una carrera de obstáculo. El otro problema es que hay calles con un polvo que se hace casi irrespirable el ambiente. Pero por el contrario verás la auténtica vida de Katmandú, fuera del barrio de Thamel, que está hecho para el turismo.
Irás viendo como es una ciudad donde los trabajos tradicionales sobreviven, al contrario que en occidente. Verás carpinteros, muchos costureros, etc.
Y por supuesto muchos carniceros, que es todo un espectáculo.
En algún cruce grande, había tanto tráfico de vehículos, que nos parecía imposible cruzar la carretera. Pero como siempre, al final cruzas, y no es para tanto.
Antes de llegar vemos a unos niños que están en la puerta de lo que parece un templo. Y como nos gustan tanto los templos, para allá vamos. Entramos y hay unos niños vestidos muy hindúes.
Uno de ellos toca una campana. Los demás juegan por allí. Y se abren unas cortinas, y empiezan a salir hombres. Los niños empiezan a tocar instrumentos, la gente que está allí, se pone de pies, y empiezan a tocar palmas y a rezar. Hemos pillado un momento del día importante en este templo.
Templo Pashupatinath
Llegamos al Templo Pashupatinath, y antes de entrar vemos una gran cantidad de gente entrando. Prácticamente todos son hindúes. Por algo este Templo es el más importante de Nepal. Todos se descalzan antes de entrar al recinto. A nosotros nos dicen que no es necesario. Pensamos que, ¿porque a nosotros no?. Seguimos y está la caseta para comprar los tickets. Nos cuesta 1000 Rupias. Nos ponemos a una larga cola que para acceder al templo. Llegamos al Templo Pashupatinath, y antes de entrar vemos una gran cantidad de gente entrando. Prácticamente todos son hindúes. Por algo este Templo es el más importante de Nepal. Todos se descalzan antes de entrar al recinto. A nosotros nos dicen que no es necesario. Pensamos que, ¿porque a nosotros no?. Seguimos y está la caseta para comprar los tickets. Nos cuesta 1000 Rupias. Nos ponemos a una larga cola que para acceder al templo.
Viene un señor y nos dice que no podemos entrar. Que solo pueden entrar los hindúes. O sea, que hemos pagado 1000 Rupias, y no nos dejan entrar. Los hindúes no pagan y entran. Pues no lo entendemos, es la primera vez que no nos dejan entrar en un recinto religioso. Y sinceramente, lo respetamos, pero no lo entendemos. Además la puerta se encuentra abierta, y podemos apreciar una gigantesca figura de un toro. Además de un templo precioso.
Posiblemente el más bonito que hemos visto en Nepal. Pero no nos dejan entrar. Subimos unas escaleras, y entramos a un patio, donde hay gente rezando. Nadie nos dice nada, y entendemos que se puede estar allí. Desde aquí, podemos ver un poco más el templo, y lo que nos hemos pedido. Y vemos momentos espirituales de la gente.
Por allí, hay más grupos rezando, cantado. Por la puerta por donde entramos, hay un camino hacia la izquierda. Va a dar al río. Es el lugar donde se celebran las cremaciones.
Según entramos ya vemos los primeros Yoguis. En este templo es donde vas a encontrar más Yoguis en Nepal. Que no podemos negar que siempre son una atracción más para el viajero.
Aquí sí que puedes entrar y estar al otro lado del río. Hay dos cuerpos en las pilas. Uno de ellos, ya preparados para la cremación. El otro lo bajan hasta el río, y sus familiares le mojan con agua del río. En un rato los dos cuerpos ya se están incinerando. Son escenas duras, para que vamos a engañarnos. Pero al mismo tiempo estamos ante una de las ceremonias más importantes del hinduismo. Hay dos lugares sagrados para ellos. Uno es Venarés y otro es este. Con sus ríos sagrados, el Ganges y el Bagmati.
Los familiares varones más cercanos se afeitan la cabeza en señal de luto. Y la ceremonia, no debe considerarse como algo triste, sino todo lo contrario. Los familiares deben estar contentos, porque su familiar se encuentra camino del Nirvana. Suponemos que hay que tener mucha fe para pensar esto.
En frente de todo ello, hay pequeñas estupas, por toda una colina. Está lleno de yoguis. Hacemos algunas fotos. No quieren, si no les pagamos. Alguno nos pide hasta 10$. Aunque son dignos de hacerles una foto, tampoco creemos que sea para tanto. Regateamos con alguno. Aquí se regatea todo. Y con alguno llegamos a algún acuerdo. No estamos dispuestos a pagar mucho. (40). Y con otros, tenemos que reconocer que son fotos robadas. Somos bastante discretos y las hacemos sin que se den cuenta.
Marchamos con sensaciones contradictorias. No nos han dejado entrar al templo más importante de Nepal, pero sin embargo si nos han dejado ver dos cremaciones. Hubiéramos entendido que hubiera sido al revés. Ya que las cremaciones son actos muy privados e íntimos.
Desde aquí, marchamos andando hasta el Monasterio de Kopan. Hay unos 3 Kilómetros. Pero aquí los trayectos se hacen como en carretera con el bus. Se tarda bastante, por el estado de sus calles.
Además vamos observándolo todo y entreteniéndonos con lo que vemos. Pasamos por alguna calle, prácticamente intransitable. Estaba sin asfaltar y se debía haber roto una tubería, y estaba llena de barro. Para recorrer 200 metros, habremos estado media hora.
Monasterio de Kopan
Ya estamos casi llegando, pero falta lo peor. Hay una subida muy grande, en la que casi no puedes ni andar. Además es el momento del día que más calor hace. Llegamos a la puerta, algo cansados y sofocados. Ha sido duro llegar hasta aquí andando. El hombre de la puerta nos dice que no podemos entrar. ¿Qué?. Como que no podemos entrar después de todo. Nos dice que en pantalón corto no se puede entrar. Nos pregunta que si no tenemos nada para taparnos las piernas. Le decimos que no. Y después de un rato, nos dice que esperemos y se va. Al momento trae un pareo y se lo deja a Yoly. Cuando lo va a poner, había dos señoras mayores que se reían mientras lo ponían. Una de ellas, ya se decide por venir, y la dice que lo deje, que lo está poniendo mal. Entre risas por parte de ellas y nuestras, se lo pone y ya podemos entrar.
IMPORTANTE: Si visitas el Monasterio de Kopan no debes olvidar que necesitas tapar las piernas tanto hombres como mujeres. En Nepal, tampoco es frecuente necesitar ir tapadas las piernas en los templos, pero aquí sí.
En el interior, más tarde, vimos a otra pareja en pantalones cortos. Pero por si acaso, es recomendable llevar algo largo. Encima de venir tan lejos, no poder entrar. El Monasterio para nosotros no tiene mucho. Tiene prácticamente dos estupas (muy bonitas, por cierto), y jardines muy Zen.
Tampoco te dejan ver mucho más. Lo que si va a encontrar es paz y serenidad en este lugar.
Hay una biblioteca, donde puedes coger libros del Budismo y de meditación. Incluso hablar con los monjes de la vida religiosa. Así que es más un sitio de paz, para ir tranquilamente e interactuar con ellos, e incluso aprender cosas del Budismo, que un lugar para ver.
Estupa Boudhanath
Marchamos hasta la Estupa Boudhanath. Nuestro último destino del día. Es todo cuesta abajo, y las calles que cogemos, no están nada mal. Teniendo en cuenta que nos encontramos en Katmandú. Es un trayecto de unos 3 Kilómetros. La entrada cuesta 400 Rupias. Los precios de las entradas aquí, no lo vemos acorde con el país, ni mucho menos con los servicios que dan al turista. Pero cuando entramos a la enorme plaza y vemos la estupa, se nos olvida todo. Sabíamos que nos gustaría. Habíamos visto muchísimas fotos y nos encantaba, sobre el papel. Pero estar delante de ella, es algo indescriptible. Es preciosa, enorme, parece que te mira de verdad, imponente y espiritual.
La mejor vista la tienes desde el Monasterio Guru Lhakhang Monastery, que hay justo en frente de la entrada a la Estupa.
Subimos a verla desde arriba y nos parece más impresionante todavía. En el primer piso se encuentran unos monjes en una sala cantando y rezando, con instrumentos. Es todo un conjunto de cosas perfecto.
Desde la azotea del Monasterio podrás sacar unas fotografías increibles de la Estupa.
Pero como no hay nada perfecto en esta vida, comienza a llover. Qué pena. No nos ha dado tiempo a entrar a verla. Pero suponemos que parará en un rato. Llueve y llueve, y no para. No sabemos qué hacer. Si marchar para el hotel, si quedarnos a ver si para o intentar entrar con los chubasqueros. Además ha refrescado bastante. Pero decidimos hacer un poco de tiempo y nos tomamos unos tés, mientras esperamos. Nos sientan estupendamente, ya que nos habíamos quedado un poco destemplados. Estamos un rato y parece que llueve poco.
Decidimos intentar entrar a verla. Y tenemos la suerte de nuestro lado. Y para de llover. La gente se ha ido y solo estamos nosotros dentro de la estupa. Nunca pensamos fotografiar la estupa por dentro sin gente. Incluso pensamos que no la íbamos a fotografiar. Y aquí estamos nosotros solos admirando este gran monumento.
En menos de 5 minutos vuelve a empezar a llover. Nuestra intención era ir andando hasta el hotel. No está cerca, pero a nosotros no nos importa. Pero el tema de la lluvia nos preocupa. No llueve mucho, pero tenemos miedo que en cualquier momento vuelva a llover con ganas. Así que decidimos coger un taxi. Cuando salimos de la plaza vemos que en la carretera hay un enorme barrizal, con unos gigantescos charcos. El tráfico muy denso. Como para ir andando está el día. Se nos acerca un taxista y nos lleva por 600 Rupias. No le podemos regatear más, ya que sabe que el día está muy malo, y no hay muchos taxis libres. Nos dice que le sigamos a coger el taxi. Y se dispone a cruzar la carretera. Nuestra cara ha sido un poema. ¿Pero cómo vamos a cruzar la carretera?. Si hay un barro y unos charcos impresionantes. Y no paran de pasar coches, autobuses, muchas motos. El taxista ya está en la mitad de la carretera y con la mano nos dice que vayamos.
No sabemos cómo pero llegamos hasta el taxi. Tardamos más de media hora con el denso tráfico que había. Y aunque le habíamos dicho que nos dejara en el Hotel The Doors, como había parado de llover de nuevo en el jardín de los Sueños le decimos que nos bajamos. Y vamos hasta el hotel de tienda en tienda.
Hoy no nos apetece buscar algún sitio para ir a cenar, así que decidimos quedarnos en el hotel. Los precios son muy similares a lo que hay por Thamel. Incluso en este barrio si entras en algún restaurante un poco bueno, los precios son muy altos. Nos apetecen unas hamburguesas y descansar de la comida nepalí. Cada hamburguesa 260 Rupias.
Deja tu comentario