Nagarkot, el balcón de los Himalayas
Como ir de Nagarkot a Katmandú
Nos despertamos y directamente vamos a la ventana, para mirar si está despejado o nublado. Todavía es algo de noche, pero se puede intuir que está bastante nublado. Aquí, pensamos que hemos sido demasiado optimistas al pensar que podía estar despejado. Habíamos leído que esta temporada (mayo), no era propicia para ver los Himalayas con un día despejado. Llevamos más de dos semanas en Nepal y todos los días está o nublado o con neblina. Ninguno con un cielo tan despejado para ver algo de lejos. Pero teníamos tantas ganas de verlo, que nos pudo el corazón, antes que la cabeza. También, al ver a primera hora el Annapurna tan despejado, pensamos que tendríamos la misma suerte. Pero, no fue así. Y ya con el día amanecido, vemos que es imposible que cambie la situación. Que no vamos a poder ver el Everest. Pero, no pasa nada. Por lo menos lo hemos intentado. Salimos a hacer un pequeño trekking. Aquí, en Nagarkot hay varios trekking que se pueden hacer. Es posible, que no sean los más vistosos de Nepal. Pero tampoco son muy duros. Nuestra intención es llegar al templo de Changunarayan. Que es el más antiguo de Nepal.
Se suele tardar unas 3 horas. Luego puedes coger un bus hasta Bhatakpur. Y desde allí otro para volver a Nagarkot. Otras tres horas en autobuses. Reconocemos que nos faltó motivación en todos los sentidos. También, solo con pensar los trayectos en bus para volver a Nagarkot, y luego volver a coger otro de Nagarkot a Bhatakpur y de Bhatakpur a Katmandú, se nos quitaron las ganas. Y es que hemos terminado bastante cansados de los trayectos, sobre todo algunos como Bhatakpur – Nagarkot.
Este es el estado de muchas carreteras de Nepal
Así que volvimos poco a poco, relajadamente y viendo la vida cotidiana de los habitantes de Nagarkot, hasta nuestro hotel.
Vemos muchas de las casas que el tejado de uralita o chapa estan sujetas con piedras, suponemos que es para que no se las lleve el viento, si sopla fuerte. Aunquee también será porque no están muy bien sujetas a las casas.
Intentamos exprimir un poco este lugar, que para nosotros es totalmente prescindible, a no ser por las vistas a los Himalayas. Pero si vas a ir en temporada mala para poder verlos, no lo recomendamos. Antes de llegar a nuestro hotel nos tomamos un Té con churros. Y es que estamos enganchados a estas rosquillas. Las de hoy están algo frías y no están tan buenas. Es mejor, comprarlas a alguien que veas que las está haciendo en el momento. A las 9 decidimos coger el bus. No entendemos por qué Nagarkot es tan famoso. Nosotros no le hemos visto nada interesante. Aunque repetimos, que si puedes ver los himalayas, compensaría venir hasta aquí. Así que nos vamos de Nagarkot. Nos montamos en el bus. Y nos dice el conductor que le demos las mochilas grandes, que las pone en la parte de arriba. Le decimos que si no podemos dejarlas dentro del bus y nos dice que sí. Entramos y está lleno de sacos, bolsas y cajas de la gente. Las vamos a colocar allí y entra el revisor. Nos dice que tenemos que colocar las mochilas arriba del bus y le decimos que no. Que las ponemos con todo lo que hay en la parte de delante. Nos dice que no. Y le preguntamos que porque todo el mundo deja allí sus cosas y nosotros no podemos. Nos dice que si queremos arriba y si no, nada. Le decimos que nada y nos bajamos del autobús. Cosas como esta, son las que te hace enamorar o no de un país. Y detalles de este tipo, lo hemos padecido aquí. No decimos que la gente sea mala, por supuesto que habrá de todo. Pero no nos hemos enamorado de Nepal como de otros países por sus gentes, como en el caso de Sri Lanka u otros países. Así que bajamos del bus y estamos dispuestos a esperar a otro, aunque estemos una hora allí. Pero tenemos claro que no vamos a poner las mochilas arriba del autobús. No os podéis imaginar la cantidad de polvo que puede haber en el camino. Porque casi todo el trayecto es un camino, sin carretera. El bus está esperando a que suba más gente y a los 5 minutos, nos viene el conductor y nos dice que nos montemos. Le decimos que el revisor no nos deja subir las mochilas. Discuten un rato conductor y revisor, y al final el conductor nos dice que montemos. Subimos y el bus está a la mitad de gente. Nos vamos a sentar en algún sitio y nos dicen que están todos ocupados. Incluso hay dos asientos con una caja enorme. Y a nosotros querían subirnos las mochilas.
Después de llenarse el bus, salimos para Bhatakpur. Nosotros somos los únicos que vamos de pie. Hora y media de pie, por unos caminos llenos de agujeros. Las ventanas están abiertas y eso que está fresca la mañana y no hace calor. A los 5 minutos ya no se ve dentro del bus del polvo. La gente se va sacudiendo y muchos empiezan a cerrar las ventanas. ¿Por qué no las habéis cerrado antes?. Que no será la primera vez que haces el recorrido y ves el polvo que hay. Este trayecto es bastante malo. Tampoco entendemos que un lugar como Nagarkot, tan turístico y esté sin asfaltar. Llegamos a Bhatakpur y tenemos que cambiar de estación. Pero está a menos de 5 minutos. Según llegamos hay un bus para Katmandú que parecía esperarnos. Está prácticamente vacio y podemos colocarnos delante con las mochilas. En menos de cinco minutos ya se llena. Y en algo más de una hora, llegamos a la estación de Bhatakpur de Katmandú. Que se encuentra junto a la estación de Ratna. Ya se nos había olvidado el tráfico de Katmandú. A esas horas (12 del mediodía), está lleno de atascos. Volvemos al hotel The Dors, donde nos habíamos hospedado las dos primeras noches de nuestro viaje. Nos atiende un chico y le preguntamos por una habitación. Nos la enseña y nos dice que 2200 la noche sin desayuno. Le decimos que hemos pagado hace 15 días 2000 Rupias. Nos dice que esperemos y viene el chico que nos atendió la primera vez. Se acuerda de nosotros y nos pregunta que como ha ido todo. Nos dice que sí, que nos deja la habitación por 2000, pero que nos enseña otra para que elijamos. Pensamos que ya nos está liando. Pero cuando la vemos, nos quedamos con ella. Es mucho más grande, tiene frigo, un sofá y una mesa. Puede ser que la otra habitación sea algo más moderna. Pero nosotros necesitábamos algo grande y cómodo. Le decimos que sí. Y él, nos vuelve a preguntar que la que queramos. Ha sido un buen detalle por su parte. Y por supuesto que recomendamos mucho este hotel.
Lo primero que hacemos es ducharnos y lavar un poco las mochilas. No podéis imaginar cómo pueden estar de polvo y sucias. Nunca lo hemos hecho, pero este viaje ha sido muy diferente. Y hemos estado en más de 25 países. Y sabemos que viajando como viajamos vas a pillar polvo, pero este viaje ha sido exagerado. Ya limpios, damos una vuelta por Thamel en plan tranquilo. Tampoco queremos comprar nada, simplemente a ojear algo. Volvemos cargados de té, algunas pulseras y algún que otro souvenirs. Menos mal que no íbamos a comprar nada.
Como ir de Nagarkot a Katmandú
En época alta hay un autobús directo para turistas. Pero lamentablemente en temporada baja como la que fuimos nosotros no hay buses directos. Tienes que coger un bus desde Nagarkot a Bhatakpur que salen con bastante frecuencia desde las 8 de la mañana. Este trayecto es muy malo, no está asfaltado y estos buses son muy viejos. Tardarás sobre hora y media. Este trayecto cuesta 50 Rupias. Cuando llegas a Bhatakpur tienes que cambiar de estación, que se encuentra atravesando un parque. Y allí coger otro bus hasta Katmandú, que tardará otra hora y media. Este trayecto cuesta 25 Rupias. Este último autobús te dejará en la estación de Bhatakpur de Katmandú, que se encuentra junto a la estación de Ratna. Si quieres ir de Katmandú a Nagarkot debes hacer lo mismo a la inversa. El problema que vemos en estos trayectos es el equipaje, ya que los autobuses no tienen maletero, ni nada parecido. Tienes que llevar la mochila o maleta contigo. Pero el autobús se llena completamente y no vas a saber donde poner el equipaje.
Y si no quieres complicarte, puedes coger un taxi que te llevará directo y algo más rápido (no mucho más). Pero el precio depende de tu habilidad para negociar, pero andará sobre 3000 – 4000 Rupias.
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