Tour de dos días y una noche por el parque de Komodo
Día 6 del Viaje a Indonesia: Tour por las Islas de Komodo
A las 4:30 de la mañana nos levantamos en medio del océano. Tenemos que madrugar para ver el amanecer en lo alto de la isla de Padar. No hemos dormido apenas, no solo por el madrugón, sino porque el barco se movía bastante a pesar de que el mar estaba calmado. Suponemos que como es un barco pequeño, por eso, se mueve tanto. Tomamos un café y un bizcocho para despertar un poco. En la barca pequeña nos acercan hasta la playa de Padar. Es todavía de noche, no se ve nada. A las 5 de la mañana, comenzamos el trekking hacía lo alto de la montaña, con la justa claridad para poder subir. Según subes, ya puedes imaginar el paisaje que te espera arriba. Hemos visto muchas fotos antes de venir, de este sitio, y es uno de los que más ansiosos estamos de conocer. Esperamos no decepcionarnos. La subida te llevará una media hora por escaleras en buen estado. El calor a medio camino, se hace insoportable. Hay una humedad, que comienzas a sudar bastante.
Pero cuando llegas arriba, tienes la recompensa que vas buscando. Uno de los paisajes más bonitos que hemos visto. Y no es exagerar.
Por mucho que la hayas visto en fotos, es de los lugares que cuando los ves sientes algo especial. No paramos de hacer fotos. Desde lo alto, se pueden contemplar las tres playas, de arena rosa, de arena negra y la playa blanca. En un mismo sitio, tres playas con distinto color. La playa rosa o pink beach no se distingue su color, ya que todavía no le da el sol, como podemos comprobar más tarde.
Del otro lado, más místico que bonito, (o por lo menos eso nos pareció a nosotros) podemos contemplar una salida de sol entre las islas de Komodo. Suponemos que el anterior paisaje nos quitó el protagonismo al amanecer.
Estamos una hora más o menos en la cima y vamos bajando poco a poco, haciendo más y más fotos. No nos cansamos de hacer fotos. Llegamos a la playa y nuestra sorpresa es ver una especie de ciervo, que debe de ser típico de estas islas. Nos choca ver un ciervo en una playa.
Sobre las 7 de la mañana nos recoge nuestra barca que nos devolverá a nuestro barco, que está siendo nuestra casa en estos dos días. Nos tienen preparados un suculento desayuno. Nos están cuidado exageradamente bien. Unas tortillas, unos noddles y unas patatas fritas para recuperarnos del trekking.
Nos dirigimos a la Pink Beach, una playa que sobra decir a que se debe su nombre. Atracamos el barco a unos 100 metros de la playa. La verdad, no se ve muy rosa. Pero el agua está totalmente verde esmeralda. Toda el agua del mar que puedes ver está de un color que es la típica playa del paraíso. Una imagen preciosa.
Nos llevan en el bote pequeño a la playa, y cuando bajamos, no nos lo podemos creer. La arena es totalmente rosa, pero de lejos no se aprecia. La escena es de postal. La arena rosa clarito, el agua verde y las montañas de fondo. Vaya espectáculo de la naturaleza. Padar es sin duda, de los lugares que hay que visitar.
El efecto rosado de la arena, se debe gracias a pequeños trozos de corales rojos, triturados por las olas del mar y mezclados con granos de arena.
Nos dejan una hora disfrutando de semejante lugar. A continuación, ponemos rumbo a lo que a priori, puede ser el atractivo estrella del tour, del parque y de Labuan Bajo, que son los Dragones de Komodo. Aunque, todo este tour nos ha encantado y hasta habíamos olvidado a los Dragones.
Llegamos al parque de Komodo, incluido en las 7 maravillas naturales. Poder ver alguna de estas maravillas, es un lujo para nosotros. El trekking lo hacemos con dos rangers. Uno va delante y otro al final del grupo con un palo de metro y medio, suponemos que para protegernos.
Nos explica uno de los rangers que la duración de nuestro trekking es de una hora. Es el trekking medio, lo hay de 40 minutos y otro más largo. Nos comenta que no nos garantizan que los podamos ver. Aquí, pensamos esa posibilidad, ya que nunca valoramos no poder verlos. A lo largo del trekking vemos algo que se mueve en el paisaje árido, y con la ilusión pensamos que era un Dragón. Falsa alarma, porque era un jabalí, parte de la alimentación de los Dragones. Cuando están dormidos los dragones con un solo mordisco, pueden matar a un jabalí.
El Dragón de Komodo es un animal muy peligroso, ya que su mordisco, contiene más de 80 bacterias. Según avanzamos vemos a un cervatillo, otra comida para el Dragón.
Pasa más de media hora y no hemos visto ninguno. Nos empezamos a poner nerviosos. Pero al llegar a la playa (que es donde más opciones tienes de verlo), vemos el ansiado Dragón de Komodo. Más de dos metros de lagarto, con unas patas que asustan. Está durmiendo debajo de un árbol. Mientras estamos haciendo unas fotos, a la distancia que nos marcan los rangers, se despierta y levanta la cabeza. Vaya susto.
Junto a la playa, vemos el segundo. Está más despierto que el anterior. Pero también, parece estar descansando.
Y casi al terminar, vemos otros dos. Menos mal, que los hemos visto. Nos hubiéramos decepcionado mucho si no llegamos a ver ninguno. Aunque, tenemos que ser conscientes de que la vida salvaje es así, y no se puede predecir.
Subimos al barco más contentos que un ocho. Y, además, nos está esperando nuestra comida en la mesa. Esta vez, toca arroz, vegetales, calamares, atún y maíz frito. Las comidas en el barco, nos están pareciendo una pasada. Cantidad, pero lo más importante, mucha variedad y está todo muy bueno. Que es difícil encontrar todo esto en un barco y en un tour como este.
Ya solo nos queda hacer snorquel en Manta Point. Que su aliciente es ver Mantas gigantes, típicas de esta zona. Nosotros, aquí, prácticamente dábamos por concluido el tour, ya que no tenemos apenas esperanzas de poder ver las Mantas. Hace dos días, cuando buceamos, nos dijeron, que todavía no era época. Que la temporada buena, empieza en noviembre. Y ahora, hay que tener mucha suerte para verlas. Pero, para nosotros, este tour, ha merecido mucho la pena. Estamos más que contentos. Poco antes de llegar pasamos por una islita, con un arrecife que le da un color al agua precioso.
Llegamos a Manta Point, el guía coge unas aletas y unas gafas y se tira al agua. Toda la tripulación nerviosa, indicando y hablando entre ellos. Nosotros con una calma, todavía no habíamos cogido nuestro equipo. Cuando nos dicen que nos tiremos rápido. Vemos que va en serio y que hay muchas opciones de ver alguna Manta. Nos ponemos las aletas rápidamente y nos tiramos. Y según metemos la cabeza vemos pasar una Manta gigante. No nos lo podemos creer. Salimos a respirar y al volver a meter la cabeza, otras dos Mantas.
Estamos de suerte. Y ya jugando en el agua, alguien grita. Metemos la cabeza y vemos una fila de Mantas que no terminan de pasar. En una hilera, perfectamente alineadas, como si se tratara de una coreografía. La primera se da la vuelta y hacen un círculo delante nuestro. No nos lo podemos creer. Vaya experiencia acabamos de tener, y sin pensarlo. Vaya guinda a este tour, vaya final de tour.
Subimos al barco increíblemente contentos. Que dos días de emociones. Consideramos que este tour, es algo que no tiene palabras. Habíamos leído mucho de este lugar, pero a la gente tampoco, la notamos tan emocionada como estábamos nosotros. Suponemos que consistirá en gustos. Pero la experiencia en Labuan Bajo, ha sido de las mejores en mucho tiempo. Y para terminar algo de fruta y plátano frito. Como nos estamos poniendo a comer.
Llegamos a Labuan Bajo sobre las 18:30 horas, pero pudimos contemplar desde el barco una mágica puesta de sol. No olvidaremos todo lo que hemos visto en estos dos días.
Nos llevaron a nuestro hotel. Hemos cambiado, ya que el Hotel Sunset Bajo, nos pareció bastante malillo. Hemos reservado en La Boheme Bajo. No está mal, aunque tampoco está tan bien como esperábamos. No sabemos si estamos teniendo mala suerte o que los hoteles en Indonesia no son muy buenos.
Deja tu comentario