En realidad, salvo esa confusión, no tienes pérdida, ya que se encuentran justo debajo de la cascada que baja de la montaña, que se ve desde cualquier parte del pueblo.

La entrada cuenta 2$ y es necesario gorro, pero lo puedes alquilar por 0,50$ o comprarlo por 1$. Tienen 3 piscinas, una de agua muy fría, otra de agua caliente y otra de agua ardiendo. Aquí estuvimos unas 2 horas quitando el frío que hemos pasado en los Andes. No había mucha gente, y la que había era local, lo cual nos sorprendió como los habitantes del pueblo, incluso gente mayor, ha adquirido la cultura del spa.

El lugar es asombrosamente increíble, estas metido en la piscina, al aire libre,  frente a unas montañas y a tu espalda con una gran Cascada.

A las 8:30 salimos de las Termas, para ir a desayunar y prepararnos ya que a las 10:30 comenzaríamos el imprescindible tour a las Cascadas. Actividad obligatoria en este sitio. Para esta visita tienes dos opciones: hacerlo en bici, el alquiler cuesta 5$, o contratarlo por 3$. Nosotros descartamos la opción de la bici, ya que aunque tienes libertad para ir parando donde quieras, la carretera por la que tienes que ir no tiene arcén, tiene mucho tráfico de autobuses y camiones y tienes riesgo de que pueda llover. Así que optamos por la segunda opción, que te llevan en una Chiva que es una especie de autobús al aire libre, y te van parando en las diferentes Cascadas.

Más adelante paramos para que los más osados monten en una tirolina que atraviesa ambas partes de la montaña por encima del río. Esta actividad también es opcional y cuesta 10$.

La siguiente Cascada es el Manto de la Novia, que es un gran chorro de agua y viendo la foto se puede deducir porque le han puesto ese nombre.

Todo el recorrido está lleno de un paisaje montañoso, donde vas viendo grandes y pequeños saltos de agua.

El recorrido lo haces en una Chiva, como dicen allí, que es una especie de camión abierto, habilitado con asientos, y con la música a todo trapo.

La última Cascada es la guinda del pastel, la gigantesca Cascada del Paillón del Diablo. Esta es la última parada de la Chiva. Para ver la cascada te dejan poco más de 20 minutos. A nosotros no nos parece suficiente tiempo, porque queremos verla de ambos lados, así que le decimos al guía que nosotros nos quedamos y volvemos en bus. La entrada cuesta 2$, y para llegar hasta ella, tienes que atravesar un par de puentes colgantes, y seguir el cauce del Río, que ya se puede ver la fuerza que tiene.

El paisaje que podrás ver en todo el recorrido es espectacular. Lleno de montañas, cascadas pequeñas por donde mires, y lleno de un espesor de naturaleza alucinante.

Y cuando menos te lo esperes te vas a encontrar casi debajo del gran chorro de agua. Nunca hemos sentido una fuerza tan descomunal provocada por una cascada. El sonido y el espesor del chorro del agua, te pone los pelos de punta.

La cascada tiene aproximadamente unos 80 metros de altura, y unos 20 metros de profundidad. También tiene las gradas talladas a mano más asombrosas del mundo que llevan a un mirador con una vista esplendorosa, aunque mojada, así que aconsejamos llevar chubasquero. Es tan grande la cascada, y está tan escondida entre las montañas que tendrás que verla casi por partes, y desde distintos sitios para poder apreciar toda su grandeza.

Pero ahí no se detiene el agua, que sigue montaña abajo. Esta es la vista más espectacular que tienes de esta impresionante cascada. En ver esto, no tardas mucho tiempo, pero si quieres verla del otro lado también, ya te llevará bastante más tiempo. Para ello en la salida, tienes que cruzar el río por el puente, y girar a la derecha. Hay un caminito cuesta abajo y después de unos 30 minutos, llegas a la entrada, donde vas a aparecer en la base de la cascada. La entrada cuesta también 2$. Al encontrarte en la base de este gran salto de agua, te puedes imaginar cómo te vas a poner de agua. Es recomendable llevar un chubasquero. Aunque no puedes ni siquiera hacer fotos, aquí puedes darte más idea de la magnitud de la cascada.

También hay un puente donde la ves desde más lejos, y donde puedes ya tomar tus fotos. Además es el único lugar donde la puedes ver entera.

La subida para volver a la carretera de Rio Verde, se hace al final algo dura, y tardarás unos 40 minutos aproximadamente. Según sales a la carretera, puedes coger un bus de vuelta a Baños por medio dólar, y pasan cada diez minutos.

Llegamos a Baños y fuimos a comer, sin entretenernos mucho ya que a las 4 de la tarde, tenemos otra actividad.

En Baños hay muchos lugares para comer. Es de los sitios de Ecuador que más turístico nos pareció. Está lleno de restaurantes, hoteles, y agencias de turismo y aventura. Al ser más turístico que otros lugares, es algo más caro. Pero solo tienes que buscar un poco, y puedes encontrar sitios asequibles. Nosotros comimos junto a la estación, un menú del día con sopa de verduras de primero, arroz, filete de pollo y ensalada de segundo, y un zumo por 3$.

La tarde la empleamos a subir a la Casa del árbol o Columpio del Fin del Mundo. Es un lugar que se ha puesto muy de moda, gracias a fotos que hay por internet, y se a convertido en un lugar de los más visitado en Ecuador. Para llegar hasta la casa del árbol, bien puedes contratar un tour que te suben por la tarde, o bien puedes coger un bus en el centro de Baños que te lleva hasta allí.

Los horarios del bus hasta la Casa del árbol son: 06h00-11h00 -13h00-14h00 y 16h00. Nos comentaron que es mejor ir por la tarde, que está más despejado, y vas a tener mejores vistas. Si esta el día despejado incluso tienes vistas del volcán Tungurahua, famoso por entrar en erupción en 1999.

Nosotros cogimos el bus de las 4 de la tarde. El bus está absolutamente lleno. No sabemos de dónde ha salido tanta gente. Tardamos unos 40 minutos (y nosotros queríamos haber ido andando), todo subida, ya que la casa se encuentra a 2.640 metros. Si tenemos en cuenta que Baños se encuentra a 1.700 metros, podéis imaginaros como es la subida. Pagamos la entrada de un dólar al recinto. Esta atracción turística empezó con un columpio en una encantadora casita de madera en un árbol.

Te montas en el columpio, y te balanceas en el vacio de la montaña, con unas vistas increíbles. Tienes que tener suerte de que esté despejado, porque si no solo vas a ver nubes, como fue nuestro caso (menos mal que fuimos por la tarde, cuando más despejado está). Al hacerse tan famoso, han aumentado el recinto, y hay varios columpios más, dos tirolinas, y unos miradores. Allí estuvimos probando todo, hasta las 6 de la tarde, que es cuando pasa el último bus.

Volvemos a Baños ya de noche, con el tiempo justo de cenar, y dar un paseo por las numerosas tiendas que tiene el pueblo.

El pueblo de Baños no solo es famoso por sus Termas, también hay muchos sitios para darte masajes, sitios con saunas, spa, y sus saunas de cajón. Esto nos hizo mucha gracia. Te meten en un cajón de madera solamente con la cabeza fuera, y como si te fueran a cocinar te van poniendo temperatura hasta cocerte durante 45 minutos.