PEKÍN: Palacio de Verano, Templo del Cielo, Templo de los Lamas
El Templo del Cielo, el más bonito de la ciudad
Nos volvemos a levantar bastante pronto. No conseguimos coger el horario. Y a las 6 de la mañana comenzamos el día. Hacemos el check out en el hotel y dejamos las maletas guardadas en recepción, ya que por la noche tenemos que coger un tren.
La primera visita la hacemos al Palacio de Verano, que es la que más lejos está, y que es mejor visitarlo a primera hora para que no haya excesiva gente. La visita te puede llevar dos horas más o menos.
El Palacio de Verano, construido a los pies del Lago Kumming servía de residencia de verano para los emperadores, que huían del sofocante calor de la Ciudad de Pekín. Está rodeado de jardines, templos y palacios. La entrada vale 30Y.
Al terminar fuimos a ver la Torre de la campana y del Tambor. Estos dos lugares servían en su época para dar avisos a la población. Entre otras cosas, marcaban las horas del día.
Habiamos leído que la parada de metro de Ping’anli paraba en el lago HOUAI y que la torre del tambor quedaba a 700 metros. Lo hicimos así y yo creo que al final tienes que andar bastante. Si no quieres ir a ver el Lago, te tienes que bajar en la parada de Guloudajie. Al final nos estamos entreteniendo más de la cuenta y tenemos miedo que no nos de tiempo a ver los dos sitios que nos faltan. Y pese que nos queda más cerca el Templo de los Lamas, nos vamos a ver El Templo del Cielo o Tian Tan, que nos parece más atractivo. Y la verdad que no nos decepciona en absoluto.
Es uno de los monumentos más importantes de toda China y el templo más grande de su estilo. Máximo representante de la arquitectura de la dinastía Ming y uno de los símbolos de la ciudad. Y cuando salimos nos damos cuenta que nos da tiempo a ver el que nos falta, así que vamos a visitarlo también. Y menos mal que lo vimos ya que también nos parece un templo que no te puedes perder en tu visita a Pekín. Su entrada cuesta 34Y.
El Templo de los Lamas o Templo de Yonghe es el templo budista tibetano más importante que existe fuera del Tíbet, además de uno de los centros religiosos más populares de Pekín. El templo está formado por un conjunto de edificaciones religiosas con tejados característicos chinos y estatuas, que le hacen un lugar imprescindible.
Nuestra estancia en la Capital, llega a su final y nos vamos muy contentos y las impresiones causadas son superiores a las esperadas. Nos damos cuenta que este viaje va a ser especial y apasionante.
Vamos a recoger las maletas y a la estación de tren. Una estación impresionante de grande, llenísima de gente a esas horas. Nos agobiamos un poco con tanta gente. Hay colas por todos los sitios, y no sabemos dónde colocarnos. Al final nos pusimos en la cola para entrar a la estación. Pasamos el control, y nos toca esperar un rato. Hemos comprado los billetes en coche cama y nos pasan a la sala de espera VIP, que no hay mucha gente y con sillones muy cómodos. Tenemos que pasar nuestra primera noche durmiendo en un tren. Van a ser dos seguidas. Hasta dentro de dos noches no dormimos en una cama de hotel.
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