GRANADA: Catarina, Laguna de Apoyo, Volcán Masaya
El impresionante río de lava del Volcán Masaya
Hoy sin prisa nos levantamos, desayunamos y nos disponemos ir a Catarina, uno de los pueblos blancos. A las 9 de la mañana vamos a la estación que está pasando el mercado a la izquierda. El autobús va hasta arriba de gente. Es un trayecto de alrededor de 20 km, pero tardamos muchísimo en llegar. El boleto cuesta 12 córdobas. Se tarda tanto, porque cada 100 metros para, bajando y subiendo a gente. A medio camino el autobús se para y resulta que nos hemos quedado sin gasolina. La gente le increpa, llamándole guebon, la has cagado, irresponsable, y el conductor, sin inmutarse dice que tiene el medidor estropeado, y que le puede pasar a cualquiera. Cogen un motoTaxi, y van a buscar una gasolinera. Al final, más de dos horas y media; pero entretenidos.
Paramos en Catarina, y tiene una calle de subida, donde se encuentra un mirador a la Laguna de Apoyo. Se puede subir y bajar andando, dando un paseo hasta llegar al Mirador de Catarina.
Cuando estamos subiendo, una niebla empieza a cubrir las calles en cuestión de segundos. Al final desemboca en una fuerte tormenta, y nos tenemos que resguardar hasta que pasa en poco tiempo.
El atractivo turístico es la Laguna de Apoyo, pero si subes andando, verás como es el pueblo, y como vive la gente, que puede ser igual de atractivo que la Laguna.
Esta Reserva de origen volcánico, se autoabastece con aguas subterráneas donde todavía en la actualidad se producen explosiones de gases. Se formó hace 20.000 años, y su cráter ahora es una bonita laguna. Se dice que tiene el agua más clara del país con una temperatura cálida de 27 grados centígrados.
Bajamos al mismo sitio donde nos dejó el bus, para volver de vuelta a Granada, esta vez con más suerte, ya que tardamos menos de una hora.
Por la tarde volvemos hacer el último intento de ver la lava del Volcán Masaya de noche. Volvemos a quedar con el chico, para que nos lleve a las 16:30 y parece que hace buen día, aunque se puede complicar en cualquier momento. Esta vez tenemos suerte y subimos arriba (10 dólares). Según nos acercamos arriba, se divisa un gran humo, con el resplandor rojo de la lava. La emoción es enorme, llegamos arriba y nos bajamos del coche para divisar la lava. Y el espectáculo, es realmente asombroso. Se ve mejor que de día, ya que la oscuridad resalta más la lava.
Estamos unos 15 minutos, que es el tiempo que nos dejan, y de regreso a Granada, muy satisfechos de poder haberlo visto. Con esto prácticamente damos por concluido el viaje.
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