Nuestro recorrido comienza con La Mezquita Shah, una de las siete maravillas de Irán y una de las obras maestras arquitectónicas más famosas de la arquitectura persa en la era islámica. No es de extrañar por qué incluso está registrado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO junto con la Plaza Naqsh-e Jahan.

Entramos a las 9:00, según abrieron. Apenas hay gente y podemos hacer muchas fotos y disfrutarla al máximo.

Fue construido por la dinastía Safavid en el Siglo XVII. Las paredes y los techos están maravillosamente adornados con azulejos de siete colores que crean hermosos patrones de mosaico y caligrafía.

El esplendor y la belleza de la Mezquita Shah harán que te quedes allí durante horas. Un hombre se nos acerca, nos dice que es guía y nos ofrece sus servicios. Nosotros le decimos que no, pero el amablemente nos explica algunas cosas de la mezquita. Se pone debajo de la bóveda y simula una llamada de la oración. Su voz sale por la cúpula que parece que tuviera un altavoz. Y así era como se hacía antiguamente. También nos lleva a una esquina, donde hay un hombre trabajando. La cúpula se está restaurando y nos explica como lo están haciendo artesanalmente.

El Palacio Ali Qapu de Isfahan es otro importante patrimonio de Irán. También fue construido por la dinastía Safavid.

Este hermoso palacio está registrado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Fue la residencia de los reyes Safavid y también la usaron para reuniones reales oficiales.

Una de las partes más impresionantes del palacio es la terraza en el cuarto piso desde donde tendrá una vista increíble de la plaza Naqsh-e Jahan y dos de las mezquitas iraníes más hermosas: SheikhLotofollah y Shah Mosque.

Lo que más llama la atención es que cada piso tiene sus propias decoraciones y adornos distintivos, como los mosaicos amarillos y azules persas en las escaleras, los intrincados motivos florales o los exquisitos trabajos de estuco.

Ya empieza a aparecer bastante gente. Y a medida que pasa el tiempo, la plaza se convertía en un hervidero de gente, que llegaba a ser un poco agobiante.

La Mezquita Sheikh Lotfollah es una obra maestra arquitectónica genial y mágica del siglo XVII construida por la dinastía Safavid. Es el edificio más bello e impresionante de Isfahan.

Fue construido para Shah Abbas como una mezquita real privada. Debido a que era una mezquita privada solo hecha para el rey y las damas de su harén, es mucho más pequeña que otras mezquitas y ni siquiera tiene un minarete, pero el mosaico es muy superior al mosaico que cubre las otras mezquitas en Plaza Naqsh-e Jahan.

Shah Abbas incluso construyó un túnel que conecta el Palacio Ali Qapu con su mezquita privada. Al usar el túnel, él y las damas de su haram podían caminar entre los dos lugares sin ser vistos por el público.

En la parte inferior del edificio hay una vistosa sala de oraciones.

Y para completar la cuarta entrada de la plaza, nos dirigimos al encantador Gran Bazar, es un enorme laberinto del siglo XI con docenas de coloridas artesanías, alfombras, ropa, especias y mucho más.

Si sigues por el Bazar durante aproximadamente un kilómetro de tiendas y tiendas, al final del todo encontrarás la entrada a la Mezquita Jameh. Una mezquita imprescindible en Isfaham. Es la mezquita más antigua de Irán y de las más grandes de Irán.

Te llevará un buen rato visitarla. Primero hay una sala, donde te explica toda la historia de la mezquita. Situada en el centro histórico de Isfahán, la “Mezquita del Viernes” ilustra de manera sobresaliente la evolución de la arquitectura de mezquitas desde el año 841 d. de C. y a lo largo de doce siglos. Es el edificio más antiguo de su estilo en Irán y sirvió como prototipo para varias mezquitas posteriores construidas en Asia Central. El complejo, de una extensión superior a los 20.000 metros cuadrados, es también el primer edificio islámico que adaptó el diseño de un patio con cuatro iwanes (elemento arquitectónico que consiste en un gran porche bajo un arco, una sala o espacio rectangular, generalmente abovedado, cerrado por muros en tres de sus lados, estando el otro completamente abierto), propio de los palacios sasánidas a la arquitectura islámica de carácter religioso.

La primera parte, verás la parte antigua de la Mezquita. Una sala de oración con unas columnas antiguas muy bonitas, donde va a dar a una bóveda de la época. Sus cúpulas abovedadas representan una innovación arquitectónica que inspiró a los constructores de otros edificios en la región. El sitio tiene además detalles decorativos representativos de desarrollos estilísticos que abarcan más de mil años de arte islámico.​

Nos gustó mucho esta mezquita porque tiene la belleza que le da el paso del tiempo a los monumentos. Puede que no luzca como las mezquitas nuevas, pero el paso del tiempo le da el valor histórico que tienen los grandes monumentos.

Esta mezquita está un poco alejada del centro turístico de Isfahan y descuidada por la mayoría de los viajeros, esta mezquita es otro monumento declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en Isfahan y seguro que merece la pena visitarla. Nos sorprende que con la cantidad de turismo que hay estos días en Isfahan, visitemos esta mezquita casi nosotros solos. Aunque para nosotros encantados.

Lo más importante y lo que teníamos más ganas de ver, lo hemos visto y sin mucha gente. Ahora volvemos hasta la plaza donde veremos el resto de atractivos que tiene Isfaham. En vez de volver por el bazar, vamos callejeando para ver que nos encontramos. Al ser festivo, las calles están bastante vacías. Salimos a una enorme y nueva plaza. Ya comienza a apretar el calor. Así todo, hay mucha gente mayor sentados en los bancos de la plaza al sol, y bastante abrigados. Expuestos a coger una insolación.

Pasando la plaza se encuentra una pequeña mezquita. No es gran cosa, pero al pillarte de camino, hay que entrar a verla. Además, tiene unos baños públicos.

Llegando a la plaza y dentro del bazar se encuentra la Mezquita Hakim. La más antigua de la ciudad. Nos llevamos una decepción, porque está muy deteriorada y se encuentra en proceso de restauración.

El Palacio ChehelSotoun también es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y también uno de los sitios del Patrimonio Mundial de Irán.

Este Pabellón Persa fue construido en un hermoso parque al final de una gran piscina por un rey Safavid, Shah Abbas II, en el Siglo XVII. Fue utilizado para entretenimiento, ceremonias y recepción de embajadores extranjeros.Tanto el exterior como el interior del palacio son fascinantes.

También se le llama el palacio de las cuarenta columnas por una razón muy interesante. El porche delantero del palacio tiene 20 columnas de madera y las 20 columnas se reflejan en el agua de la piscina delantera. Da la impresión de que en realidad hay 40 columnas que sostienen el edificio.

Su magnificencia; sin embargo, se debe principalmente a los hermosos frescos y pinturas murales sobre cerámica. Las pinturas representan escenas históricas famosas en las que se presentan destacados y valientes luchadores del Imperio Safavid.

Por último, pero no menos importante, las decoraciones florales y animales en los techos y en la pared entre las pinturas hacen que el interior del palacio sea una obra maestra impresionante y completa.

Este enorme recinto, está a rebosar de gente. No hace más que salir gente y gente de todos los sitios.

La Casa Mollabashi, también conocida como Casa Motamedi, es una de las obras maestras arquitectónicas más alucinantes en lo que respecta al diseño de interiores, no solo en Irán sino en el mundo.

Esta fascinante casa histórica fue construida y diseñada en la Era Zandieh (Era gobernada por la dinastía Zand entre 1751 y 1779). En la Era Qajar (1789 – 1925), un famoso astrónomo durante Naser al-DinShah compró la casa, agregó más habitaciones y diseñó aún más esta hermosa mansión. Durante esta época, también sirvió como una institución cultural y religiosa.

Posteriormente, en 2001, la familia Motamedi compró y rehabilitó su edificio y patio.

Hoy en día, puedes ver una casa deslumbrante con hermosas habitaciones decoradas con coloridos vitrales, paredes espejadas, estucos notables y techos adornados con coloridos azulejos.

Cansados y agobiados de tanta gente, decidimos descansar un rato en el parque que se encuentra junto al anterior palacio. El parque está también lleno de gente sentados en sus alfombras comiendo. Nos sentamos en un banco y una familia cercana a donde estamos nosotros, se acerca y nos ofrece una taza de té. Le decimos que no, pero sin decirnos nada nos traen un plato de fruta y unas pipas. No hacemos más que ver muestras de la hospitalidad tan grande que tiene el pueblo iraní.

Nos damos una vuelta por las tiendas del bazar que están alrededor de la Plaza Naqsh-e Jahan. Comprando algunos souvenirs y disfrutando de todo lo que tiene el centro de Isfaham. Vemos una tetería y nos sentamos a descansar un poco. Un té y una menta con limón, para continuar con nuestro recorrido.

En la plaza, a estas horas, se encuentra medio Irán. Hay gente incluso dentro de la fuente. Y nos despedimos del centro de Isfahan, tomando un taxi que nos llevará de vuelta a nuestro barrio Armenio.

La Catedral de Vank, es otro sitio que figura como una de las siete maravillas de Irán, es una iglesia armenia, también llamada Catedral del Santo Salvador.

Fue construido a principios del siglo XVII durante la era Safavid junto con otras 12 iglesias por inmigrantes armenios. Estos inmigrantes armenios en realidad fueron obligados a reasentarse en Isfahan por Shah Abbas I durante la Guerra Otomana de 1603-1618.

La catedral es una magnífica combinación de arquitectura armenia y persa. El impresionante interior con coloridos frescos que representan historias bíblicas, las tallas doradas y los ricos mosaicos de estilo persa te dejarán sin aliento.

, es otro sitio que figura como una de las siete maravillas de Irán, es una iglesia armenia, también llamada Catedral del Santo Salvador.

Fue construido a principios del siglo XVII durante la era Safavid junto con otras 12 iglesias por inmigrantes armenios. Estos inmigrantes armenios en realidad fueron obligados a reasentarse en Isfahan por Shah Abbas I durante la Guerra Otomana de 1603-1618.

La catedral es una magnífica combinación de arquitectura armenia y persa. El impresionante interior con coloridos frescos que representan historias bíblicas, las tallas doradas y los ricos mosaicos de estilo persa te dejarán sin aliento.