Empieza el 2022 y la pandemia todavía sigue haciendo estragos en el turismo. Asia comienza a abrir sus puertas muy despacio. Algunos países todavía tienen restricciones bastante duras y no son muchos lugares donde poner el ojo para tu próximo destino. Añoramos aquellos tiempos, donde podías ir casi a cualquier lugar del mundo sin trabas. Toca barajar destinos. Muchos de los países abiertos al turismo ya los hemos visitado (no nos apetece repetir). El círculo se nos cierra bastante. Y entre las pocas posibilidades que tenemos, nos aparece un país, el cual, llevamos tiempo queriendo visitar. Y puede ser que no lo hayamos visitado, porque no nos hemos atrevido. Siempre nos aparecía otro destino, y era la excusa perfecta, para dejarlo para más adelante. Pero decidimos que este año, le toca a Irán. No vamos a mentir, que siempre lo consideramos un destino complicado, un país diferente al resto, por todo el tema político. Difícil de visitar, por el largo proceso de hacer el visado y toda la documentación necesaria. Pero este año, no hay excusas, y nos ponemos a preparar el viaje.

Se lo empezamos a contar a nuestros amigos y familiares y la cara de todos ellos, o incluso sus comentarios, nos hacen hasta dudar en algún momento, si estamos haciendo lo correcto. Pero intentamos no hacer mucho caso, porque también consideramos que la gente tiene un concepto de Irán bastante erróneo. Como nosotros lo tuvimos hace tiempo. Y ahora que hemos vuelto confirmamos que los estereotipos que se aplican a Irán no son ciertos. Nada tienen que ver sus dirigentes políticos, con sus habitantes. Es un país, que no está en guerra y que está en continuo desarrollo, pese al bloqueo económico que tiene.

Irán es la joya de la corona musulmana.  Algunos de los mayores nombres de la historia, Ciro y Darío, Alejandro Magno, Gengis Kan, dejaron aquí su huella, y las ciudades que conquistaron o gobernaron se encuentran entre las estrellas de una región rica en vestigios históricos.

Este viaje también nos dará la oportunidad de entender la historia moderna de Irán, sobre todo de Teherán y conocer de primera mano cómo es un país tan desconocido y criticado por Occidente.

Todos los viajes tienen la magia de no saber lo que te vas a encontrar. Por mucho que hayas leído y visto, no sabes con lo que te vas a encontrar cuando llegues. Con este viaje, esa sensación, es todavía más fuerte.

Nuestro viaje comienza en el Aeropuerto de Madrid, donde volaremos rumbo a Estambul. Volamos con Turkish Airways, donde no hemos pillado con las personas más agradables del mundo. En el momento de facturar había una chica enfadada con el mundo y todo la parecía mal. No es tan difícil ser agradable. Aquí nos piden el Visado, los Certificados de Vacunación y las PCR. Vaya lío de papeles. Y super nerviosos, por si nos falta algo.

Ya en el avión que nos llevaría a Estambul (totalmente lleno, aunque no era muy grande), se sienta junto a nosotros una mujer (Inma). Al poco de despegar, empezamos a hablar con ella, y nunca hubiéramos llegado a pensar, que también viajaría a Irán. Qué casualidad. El trayecto, que dura algo menos que cuatro horas, lo hacemos hablando con esta aventurera, que se ha recorrido medio mundo. Se nos pasa rapidísimo el trayecto. Lo que más nos sorprendió, fue cuando nos dijo que el viaje que más la había gustado, había sido el de Siria. Un país, que ahora solo es conocido, por estar en ruinas, por una tremenda guerra. Un lugar que ya no veremos, (al menos como lo vio ella), porque está totalmente destruido. Nos sobrecogíamos, cuando nos contaba lo bonito que era Alepo o Palmira. Que poco estuvimos con ella, y cuanto conectamos. También, nos comenta que ella, va en un grupo organizado con 13 personas más. Todas españolas. Y nosotros, que pensábamos que no iría ningún español a Irán.

Llegamos al aeropuerto de Estambul, y el avión, estuvo por la pista más de media hora. Tenemos poco más de una hora de transfer, así que, vamos a andar a carreras. Salimos del avión, y vemos en una pantalla que nuestro vuelo a Teherán está en última llamada. Así que vamos corriendo por todo el aeropuerto con nuestra amiga Inma. Como empezamos el viaje. El aeropuerto de Estambul, es totalmente nuevo y es enorme. Está lleno de tiendas de lujo, Hermes, Bulgari, etc. Turkish Airlines, ha ampliado enormemente su flota, y ahora presume de ser la compañía aérea a la que más países viaja.

Montamos en el avión, y resulta que, junto a nosotros, se encuentran una pareja de Madrid, del grupo de Inma. Que casualidades. Este trayecto, dura unas tres horas. Así todo, nos dan de cenar, al igual que el anterior vuelo nos dieron de comer. También, reparten unos formularios para rellenar y entregar en la llegada. Así que, entre unas cosas y otras, no nos da tiempo de dormir nada.

Llegamos a Teherán a las 2 de la mañana. Procedemos a pasar los controles. Vamos con la pareja de españoles, y se nos unen otra pareja más de españoles. Que la casualidad hace que el hombre, también sea de León (como nosotros), aunque viva en Madrid. Son todos del mismo viaje. Vaya grupo más majo van a formar. Hay un primer control, donde tienes que entregar el formulario que rellenas en el avión y enseñar la PCR. Luego hay otro control, donde te miran el Visado y el pasaporte. La verdad, que fue todo más rápido de lo que nos imaginábamos.