Cuando llegamos al pueblo, buscamos algún sitio para desayunar en la calle principal. Comemos una ensalada de verdura y un arroz frito con pollo.

Por supuesto, tomamos unos deliciosos cafés mocha y de coco. No podemos pasar un día, sin probar uno de estos cafés.

Y con esto, nos despedimos de este lugar, que parece haber salido de un cuento. Dejamos el Hotel Memories Homestay, y cogemos un Grab para ir a Ninh Binh. Por 100.000VND nos lleva al centro de Ninh Binh, donde cogeremos nuestro autobús para ir a Sapa. Hemos comprado los billetes por internet, en la página bookawy. Mientras llega nuestro bus, nos sentamos en un bar a tomar otro café y un té con Mango.

Nuestro bus tiene que llegar a las 12:45. Cuando compras el billete, tienes un enlace donde tienes la ubicación con la parada de recogida. El bus no llega y le preguntamos a los chicos del bar, si es aquí, donde para algún bus. Nos indican que no saben, que hay una estación de bus más adelante. Empezamos a tener dudas, si es esta la ubicación correcta. Ya que no hay nadie esperando y nadie sabe nada. Al final, con 20 minutos de retraso aparece nuestro bus. Ya estábamos pensando en algún plan B, si no llegaba el bus, pero al final, llegó. El bus, es un sleeping Bus, que tiene dos pisos y vas como en una cama. Es una especie de literas.

El bus está lleno, solo quedan nuestros asientos en la segunda planta. No sabemos ni como subir hasta ellos. Nos indican que subamos por una pequeña escalera. Que simpáticos son estos autobuses. Nos esperan más de siete horas de viaje tumbaos en el bus. Cuando subes, el conductor te da una bolsa de plástico, para que metas tus zapatillas. Ya que hay que entrar descalzo. En los pasillos tienen una especie de colchoneta, que cuando se llena, la gente va ahí sentada o tumbada.

Durante el trayecto, a las dos horas, el autobús para a repostar y menos mal que bajamos al baño. Porque no volvió a hacer ninguna parada hasta Sapa.

Llegamos a Sapa a las 9 de la noche. Cuando se abren las puertas del bus, un montón de taxistas asoman y empiezan a dar voces para llevarte. No nos gustó nada, este tipo de agobios, no podemos con ellos. Nuestro Hotel Bonjour Sapa, se encuentra a 1,5 kilómetros. Nos agobian tanto los taxistas, que preferimos ir andando. Es sábado y hay muchísima gente por la calle. Nosotros que esperábamos encontrar una ciudad típica de montaña y nuestra sorpresa es que vemos una ciudad llena de luces y con edificios con aire francés. Pasamos una calle, que no se podía andar de la gente que había y con más luces que una feria. No nos imaginábamos esta ciudad así.