Que ver y que hacer en Puerto Viejo
Recomendaciones y consejos para visitar el Refugio Natural de Vida Silvestre Gandoca-Manzanillo
En los alrededores de Cahuita, otro de los atractivos que ver es el parque de Gandoca-Manzanillo. Es un parque, muy parecido al de Cahuita, que se encuentra muy cerquita.
Cuando preparamos el viaje, en un principio, pensamos bajar hoy a Puerto Viejo y quedarnos a dormir allí. Pero, ¿para que nos íbamos a mover de Cahuita?, tener que hacer y deshacer el equipaje. Si Puerto Viejo se encuentra a 21 Kilómetros y Manzanillo a 30 Kilómetros. Podemos ir y volver en nuestro coche de alquiler. La verdad, que nunca habíamos alquilado un coche en ninguno de nuestros viajes y tenemos que reconocer, que te da una libertad muy grande.
A los dos minutos de salir del hotel, se nos cruza por la carretera, un animal, del tamaño de un gato, pero muy raro, que nunca habíamos visto. Se parecía a un Coatí, pero no estamos seguros que fuera. Hay que tener cuidado con los animales que se te cruzan en la carretera aquí en Costa Rica.
Paramos el coche para hacernos una foto con el cartel de Cahuita. Reconocemos que hacernos una foto con este tipo de carteles, es un poco de frikis, pero ya de estar aquí, como no vamos a hacer una foto.
Y podemos hacer la foto que tanto ansiamos el día anterior. Y es hacer una foto a un Perezoso, aunque este era de piedra. Jajaja.
Salimos a la carretera que nos llevará a Manzanillo. Es una recta sin mucho tráfico, en muy buen estado. Ya podían estar así todas las carreteras de Costa Rica.
En pocos minutos llegamos a Manzanillo, que es el pueblo donde se encuentra el Parque. Es el pueblo más al Sur de Costa Rica, muy cerca de la frontera con Panamá. Y como no, nos hacemos también la foto con el cartel de Manzanillo.
Por el camino vamos parando en distintas playas. Muy recomendable la playa de Cocles. Es una playa de arena blanca, aguas azul turquesa muy grande para poder darte un paseo. Un lugar ideal para surfistas, con grandes olas, no parece el Mar Caribe. Tiene en frente de la playa, una pequeña isla, que embellece el paisaje muchísimo.
Y al final de la carretera, se llega al Parque de Manzanillo. Donde estará, el gran atractivo del día de hoy. El Refugio Natural de Vida Silvestre Gandoca-Manzanillo, es un Refugio de vida silvestre, donde la combinación de paisajes de tierra, playa y mar, sumada a la cultura local hace del sitio un lugar muy atractivo para el visitante.
El área posee una gran diversidad de hábitats terrestres con bosques primarios y con numerosos hábitats dulceacuíferos y marinos, que incluyen el arrecife de coral que se conserva en mejores condiciones en la costa atlántica. Protege el hábitat de especies amenazadas como el manató y las tortugas marinas. Los cocoteros contribuyen a que el refugio ofrezca uno de los paisajes litorales más hermosos del país. El cativo es el árbol más sobresaliente. Es posible ver en los pantanos cocodrilos, ranas y crustáceos entre otros.
Horario y Precio del Refugio Natural de Vida Silvestre Gandoca – Manzanillo
- Precios: Contribución voluntaria. Nosotros preguntamos a la señora de la oficina y nos dijo que 1000 Colones por persona estaba bien.
- Horarios: Abre todos los días de la semana de 8:00 a 16:00 horas. Pero no se puede acceder al parque más tarde de las 15:00 horas.
Según entramos al parque un guía que estaba con dos chicos parados debajo de un árbol, nos dice, que miremos para arriba. Y vemos en lo alto de la copa del árbol, un Oso Perezoso. Con las ganas que teníamos y con las ganas que nos quedamos el día anterior en Cahuita, hoy nada más entrar vemos uno. Que suerte tenemos hoy. Por supuesto, no se le puede apreciar muy bien, ya que está bastante lejos y entre las ramas del árbol.
Más tarde vemos unos monos aulladores, aunque no tan de cerca como el día anterior. Empezamos bien, en Manzanillo.
El camino está muy bien. Habíamos leído, que el camino, podía estar muy mal, casi impracticable. Y nos extraña, porque en mejor estado no puede estar. Lo que no podíamos creer, es lo que luego nos encontraríamos.
El recorrido del parque no es muy grande. Al primer mirador hay 200 metros. A la cueva algo más de 1 Kilómetro. Y a Punta Mona, que es el punto más lejano 4 Kilómetros. Pero las distancias, pueden engañar, porque dependes del estado del camino. Además, dentro del parque, hace un calor exagerado.
Más adelante, está el Mirador Miss Mya Point, donde tendrás unas vistas del Mar Caribe espectaculares. Con un Islote en medio del Mar, que le hace muy atractivo.
A partir de aquí, el camino se convierte en un barrizal. Un terreno en el que es casi imposible andar. Además, subidas y bajadas que, con el barro, hace aún más difícil avanzar. Habíamos leído algo por internet, y pensamos que la gente exageraba, que no era para tanto. Decían que cuando llegaban a Punta Mona, que es el lugar más alejado (4 Kilómetros), en vez de dar la vuelta, tenían que contratar una barca para volver. Pues nosotros, ni siquiera llegamos a Punta Mona. A medio camino, nos encontramos con un guía, que nos dice que el camino ese día estaba muy mal de las lluvias de días anteriores, y que habían pisado caballos y por eso había tanto barro. Y que estaba todo el camino así, hasta el final. Así que decidimos dar la vuelta. Porque además no estábamos disfrutando de nada. Tenías que ir pendiente de no caerte, de mirar donde pisabas, y no veías tu entorno. Damos la vuelta y nos vamos a una de las playas que tiene el parque.
Cuando llegamos a la playa, notamos la diferencia de temperatura que hay entre la playa y la selva. En apenas 20 metros, en el bosque lluvioso, hay una humedad y un calor terrible y cuando asomas a la playa, la temperatura templa, y aparece una brisa que agradeces. Nos damos un chapuzón, para refrescarnos, porque además el tiempo nos acompaña, y hace un sol que invita a bañarte.
Para que veáis que no exageramos, os enseñamos como quedaron las zapatillas de barro. No son marrones, jajaja.
Mientras estamos en la playa, un guía que pasaba con dos chicos, nos enseña un perezoso, que está en lo alto de una palmera. Justo, donde estamos tomando el sol. Este perezoso, aunque también está alto, se aprecia algo mejor, que el que vimos anteriormente.
El parque tiene varias playas, cada cual más bonita, donde puedes disfrutar del color turquesa de sus aguas.
Una vez frescos, salimos del parque y cogemos el coche para volver a Cahuita, que es donde nos alojamos. Vemos que la zona de Manzanillo y Puerto Viejo son más turísticas y menos tranquilas que Cahuita. En medio del trayecto salen a la carretera un grupo de Camaleones y alguno se queda en mitad de la vía. No puedemos frenar del todo, intentamos esquivar, pero lamentablemente, vemos por el espejo retrovisor que alguna no tuvo buena suerte. Qué pena, con lo bonitos que parecían. De un color verde muy intenso. Nos quedamos de piedra. Y eso que nos lo advertía la señal.
Antes de llegar a Cahuita, nos paramos en un bar de carretera a comer. No tiene mucha variedad y nos ofrece el Casado de carne. Aceptamos ya que es un plato muy completo, que ya probamos el día anterior.
Lo acompañamos con unos zumos de Tamarindo.
En cualquier lugar, te puedes encontrar, un animal en Costa Rica. Junto a nuestra habitación, vemos un gigantesco saltamontes, del tamaño de un pájaro.
La tarde la completamos disfrutando de la playa de Cahuita. Tenemos que aprovechar la playa, que ya mañana, nos vamos al interior de Costa Rica. Y finalizamos el día con una preciosa puesta de Sol.
¿Merece la pena visitar el Refugio Natural de Vida Silvestre Gandoca – Manzanillo?
Tenemos que decir prácticamente que con el Parque Nacional de Cahuita vale. La combinación de Selva – Playa nos parece muy interesante y diferente. Aunque a nosotros si nos gustó, pero también tendrás que valorarlo con los días de tu viaje, o encajarlo en tu itinerario. Y en este parque también vas a poder ver unas playas espectaculares, salvajes y caribeñas.
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