PINGYAO: Ciudad amurallada
Una típica Ciudad amurallada oriental
Llegamos a Pingyao a las 6 de la mañana. Nuestra segunda noche durmiendo en un tren no ha sido mala del todo. Lo único que tenemos ganas de llegar a un hotel, y ducharnos, y acomodarnos un poco. Salimos de la estación y nos viene un hombre para preguntarnos si nos lleva al hotel. Le decimos que si, y nos monta en una bici, con las maletas.
Llegamos al Pingyao Laochenggen Inn Hotel. El hombre del hotel, habla muy poco inglés, pero es muy amable, y se esmera para que todo esté correcto. El hotel es sencillo, pero con una decoración típica China, acorde con esta ciudad medieval. Aunque estamos algo cansados del viaje, salimos directamente a explorar la ciudad. Está medio lloviendo y el clima es fresco, totalmente diferente a Pekín con bastante calor.
Pingyao es una ciudad amurallada con sus torres de entrada, que aún conserva la esencia de la china medieval. Con sus típicos tejados, edificios y calles de la época hacen de ella un lugar bastante atractivo de visitar.
La Ciudad está muy bien conservada, y aunque hay bastante turismo local, es un sitio bastante auténtico, si quieres ver la China del Siglo XV. Se puede recorrer perfectamente andando, y así perderte por algunas calles donde no hay tanta gente. La ciudad ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Pasamos el día recorriendo las calles de la ciudad, y entrando en los templos y casas que están abiertas para el turismo. Pasear por las calles de esta ciudad es toda una sensación para los sentidos. Comprando un ticket por 150 yuanes puedes entrar a todos estos sitios, así como subir a la muralla.
Puedes entrar a ver casas típicas de la época y ver sus bonitos patios.
También puedes visitar el Templo de Confucio, construido en los primeros años del reinado de Zhenguan de la dinastía Tang (627-649).
Puedes subir a dos de las torres que tiene la Ciudad. Una a cada extremo de Pingyao.
Aquí nos empezamos a dar cuenta del problema que vamos a tener con la comida. Llevamos 5 días en China, y hemos comido prácticamente solo arroz con vegetales. Pero en esta ciudad no tienen ni eso, y si lo tienen al estar las cartas en chino, y la gente no saber hablar inglés, no conseguimos pedirlo. Otros platos nos resultan difíciles de comer. Visualmente, no nos parecen muy comestibles, y el olor ya nos hace tener un bloqueo hacia ella. Las especies que llevan son muy fuertes y no estamos acostumbrados a ellas.
Acabamos cansadísimos, ya no solo por el día que hemos tenido, sino por lo que llevamos. Y por fin vamos a coger una cama en un Hotel, después de dos noches en los trenes. Esta noche sí que vamos a dormir a pierna suelta.
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