HAPUTALE:Plantación de té Lipton´s Seat
Probando el mejor Té del Mundo en Haputale
Haputale es conocida por sus plantaciones de té. Tiene kilómetros y kilómetros de estos cultivos. Así que hoy toca ver estas bonitas plantaciones, y aunque solamente haya esto que ver aquí, el día va a ser más intenso de lo que esperábamos. Hay muchas plantaciones, pero las más famosas son Lipton´s Seat, que se encuentran a unos 18 Kilómetros de Haputale, en lo alto de una montaña. A las 6:45 bajamos a desayunar, otro buen desayuno, a base de fruta, tostadas y huevo, con té o café. No estamos acostumbrados a estos desayunos en hoteles de este tipo, ya que con una tostada y un café, es lo habitual. Aquí en Sri Lanka, son más abundantes y más variados.
Que ver en Haputale
El dueño del Hotel Sinlaway 2, nos indica cómo llegar hasta allí en autobús. Nos dice que autobús directo solo hay uno a las 7:30 de la mañana, que si no tienes que ir a Dambethenna, y luego subir andando unos 7 kilómetros que quedan. Así que decidimos coger el bus directo que sale de la calle de atrás de la estación de autobuses.
Aquí está la parada de bus. Pero por la mañana apenas hay gente.
Hay un letrero indicando el nombre de Dambethenna. Pregunta, porque a esa misma hora sale un bus que no sube hasta arriba. Lo decimos por experiencia, ya que nosotros nos montamos es este. Un chico que pensábamos que era el revisor, por ser amable, nos dijo que subiéramos, que era ese el autobús. El chico no hablaba mucho inglés, pero nos insistió. Nos montamos, y vemos que se acerca el que es el revisor. Le preguntamos y nos dijo que no, que paraba en Dambethenna, así que bajamos en menos de dos minutos. Volvemos a la parada, y llega el bus que si te sube hasta arriba. Un bus sin amortiguadores, por una carretera muy estrecha y llena de baches y curvas. Al momento se para delante de un templo hinduista, se pone a rezar, se echa agua por encima, y echa también agua al bus. No sabemos si reza, por la peligrosidad del viaje.
El bus para cada poco para recoger trabajadores de estas plantaciones. La gente comienza su jornada de trabajo a las 8, por eso este bus sube hasta arriba, para llevar a los trabajadores a sus puestos de trabajo. El bus tarda una hora en recorrer los 16 kilómetros.
Llegamos a un lugar donde se baja todo el mundo, y el conductor nos dice que hemos llegado. Para ir hasta Lipton´s Seat debes caminar por una empinada carretera unos 2 kilómetros. Pero el paisaje es increíble. No sabes para donde mirar, porque todo tiene una imagen perfecta con las plantaciones de té de fondo.
Por el camino, además del precioso paisaje, nos vamos encontrando con muchas escenas que bien valen un viaje. Nos cruzamos con dos señoras con vestidos típicos de Sri Lanka, pero muy arregladas, como si fueran a una ceremonia.
Nos damos cuenta que nos va a costar avanzar, con todo lo que se nos presenta.
Unas mujeres, recolectoras de té, las vemos que vienen en nuestra dirección. Y pensamos, que a ver si podemos hacerlas alguna fotografía. Cual fue nuestra sorpresa, que cuando llegan a nuestra altura, se paran para que las hagamos fotografías, sin que nosotros se lo pidamos. Nos hacemos hasta fotos con ellas. Iba a ser el adelanto de unos de los mejores días que pasaríamos en este viaje.
Todas querían que las fotografiásemos. Entre risas con ellas, y fotos, estas mujeres nos parecieron fantásticas.
Y después de un buen rato, llegamos hasta arriba donde se encuentra una estatua del Señor Lipton. Fue un empresario Británico que después de llegar a tener más de 300 tiendas alimenticias, emprendió un nuevo negocio con la comercialización de Té.
Aquí arriba, nos encontramos una pareja de Madrid, con los que tuvimos el gusto de tomar una taza de té, con unas vistas increíbles. Siempre es un placer encontrar otros viajeros, y poder cambiar experiencias, y pasar un rato agradable.
Decidimos bajar andando los 18 kilómetros hasta Haputale, viendo con detalle estas preciosas plantaciones, parando en los pueblos que encontremos por el camino. Esperamos aguantarlos después de la paliza que nos dimos el día anterior subiendo a Adam´s Peak, pero si nos cansamos, es tan sencillo como parar el primer bus que pase. Así que poco a poco, vamos bajando, haciendo mogollón de fotografías.
A este paso no llegaremos nunca a Haputale, ya que cada 100 metros nos paramos. No vamos a negar que vamos buscando la fotografía de las recolectoras trabajando en medio de las plantaciones de té, que tanto hemos visto en reportajes. Seguimos bajando, y encontramos un grupo grande de trabajadoras que están comiendo. Son las 11 de la mañana, y las hemos pillado en la hora de descanso.
Así que seguimos bajando, a ver si tenemos más suerte. Nos metemos por el medio de una plantación para hacernos unas fotos, y de repente escuchamos “hello”. Miramos y vemos a dos chicas que nos llaman, para que las vayamos a ver trabajar, y que las hagamos unas fotografías.
Nos ponemos como locos, y las hacemos algunas fotografías. Las chicas muy majas, y sonrientes en todo momento, hasta nos dan las gracias.
Más adelante nos vuelve a pasar lo mismo y es que van saliendo de todos los sitios, incluso si hacías una foto a una de ellas, las demás te miraban como diciendo ¿a mí porque no me haces ninguna foto? Así que a disparar a todas, y hacer muchísimas fotos.
El único inconveniente es que la carretera es muy estrecha, ni siquiera pasan dos coches a la vez, y hay que tener cuidado cuando viene algún vehículo y apartarte (sobre todo si es un autobús). Así todo no hay mucho tráfico.
Pasamos por algún pueblo, y la gente con la que te cruzas, te sonríen, te dicen “hello” y son super amables. Así recorrimos más de 10 kilómetros. Las piernas ya empiezan a pesar, y menos mal que es cuesta abajo.
Nos cruzamos con bastantes niños, que quieren hablar con nosotros, con su todavía poco manejo del inglés. También nos piden que les hagamos algunas fotografías. Y luego quieren verlas en la pantalla de la cámara.
Normalmente cuando viajamos, pedimos permiso para sacar una fotografía a una persona. Aquí no fue necesario. Eran ellos, los que te venían a pedir que les sacaras una foto. Esto es el paraiso del fotográfo. Todos querían su foto, niños, hombres o mujeres.
Estamos entusiasmados de estar en un lugar así. El paisaje es impresionante. Montañas por todos los lados, llenas de plantaciones de Té, que las transforman con una belleza increible. Pueblos en medio de las plantaciones, con Templos Hindús, gente encantadora y sin ningún turista.
De repente, escuchamos una música muy alta. Hay una casa en lo alto de un cerro, en la que hay mucha gente fuera. Pasamos mirando, y vemos a un señor que nos llama, y nos indica con la mano que vayamos. Nos quedamos un poco perplejos, sin saber qué hacer. Pero en unos segundos, dijimos, vamos para arriba, a ver que hay. Viene el señor a nuestro encuentro, y nos dice que se está celebrando una boda. Que entremos. Nos da un poco de cosa, y el señor insiste. Así que, sin pensarlo, seguimos al señor. En la entrada a la casa, hay mucha gente, y empezamos a ser el centro de atención. La gente nos mira, viene una señora mayor, y nos pinta en la frente el bindi, el círculo rojo hinduista de ceremonia. Entramos a la sala con mucha gente, vestida de fiesta, con trajes típicos Indúes.
Entramos a un enorme salón lleno de gente, donde están los novios en un escenario haciéndose fotos. Nos llevan hasta allí, y preguntamos si podemos hacer fotos. Nos dicen que sí. Al momento, un hombre me coge la cámara, y me dice que subamos. Nos da un poco de cosa, pero insisten y nos hacemos unas fotos con los novios. Les damos la enhorabuena, y bajamos del escenario. Los novios van vestidos muy elegantemente, con muchos adornos, muy típicos de la zona de la India y Sri Lanka.
Nos dice el señor que vayamos a comer algo, a lo cual le respondemos que no. Ya nos está dando algo de apuro, aunque al señor se le muy contento. Nos dice que solo comamos un poco, y nos insiste tanto que le decimos que sí. Nos pasa a otro salón, siguiéndonos mucha gente, siendo ya el único centro de atención de la boda. Empiezan a sacar bandejas para nosotros y darnos de comer. Nos da tanto apuro, que le decimos que muchas gracias pero que no nos podemos quedar. Tenemos miedo que se lo tome a mal, que lo considere como un desprecio, pero no, el hombre sigo contento, nos acompaña a la puerta, nos despedimos muy amigablemente, y marchamos. Esto sí que ha sido toda una experiencia. Por cosas como estas, siempre recomendamos andar lo más posible, para tener más oportunidades de encontrarte con situaciones como esta. La gente suele subir y bajar en tuk tuk, cuando la caminata, es super amena, y muy recomendable.
Cuando ya pensábamos que no nos iba a pasar nada más, nos cruzamos con unas señoras, que querían que las hiciéramos unas fotografías. Nos pusimos a fotografiarlas y luego querían ver como habían quedado. Se partían de risa, cuando se veían. Estuvimos un rato de risas con ellas, y luego continuamos con la caminata.
Ya vamos muy cansados. Han sido unos cuantos Kilómetros, pero sobre todo han sido muchas horas de pie. Cuando ya pensamos que no nos íbamos a encontrar a nadie más. Empiezan a salir mujeres de las plantaciones de Té. Nos sonríen, nos saludan y nos invitan a fotografiarlas. Estamos muy cansados, pero no podemos renunciar. Esto no se vive todos los días. Y nos encanta hacer fotos, y este es el mejor escenario que se puede tener.
Con un dolor de piernas ya considerable, llegamos a Haputate, y damos una vuelta por el pueblo. Aunque hemos leído que es un pueblo, sin ningún aliciente, a nosotros nos parece, que tiene su punto de encanto.
Después de este día tan emocionante, vamos a darnos una ducha al hotel, para ir a cenar a continuación. Comienza a llover, después de lo bueno que ha hecho durante todo el día. Hemos tenido suerte, y hemos podido ver las plantaciones con sol, para ver la luz verde que desprenden las hojas de té con los rayos de sol.
A pesar de la lluvia, antes de ir a cenar nos vamos a dar una vuelta. Aunque son solo dos calles principales, en cada vuelta que das, ves alguna escena singular.
Vamos a cenar al mismo sitio que el día anterior. A pesar de ser un lugar demasiado autóctono, como la pasada noche, pedimos lo mismo, y nos atrevemos a pedir una especie de empanadillas, llamadas Samosas, que están rellenas de patata, huevo y verduras. Y no estaban nada malas.
IMPORTANTE: Haputale no solo es un lugar que tiene unas preciosas plantaciones de Té. Haputale es algo más. Consideramos que es el mejor lugar para mezclarte con la gente de Sri Lanka, para ver la vida cotidiana y el día a día de sus gentes. Para ello hay que ir a buscarlo, y no subir en tuk tuk, hacer las fotos a las plantaciones y bajar otra vez en tuk tuk.
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